Siempre que el tiempo lo permite, me gusta moverme en bicicleta. Y como asiduo de las dos ruedas, he notado de forma paulatina una mejora en la movilidad ciclista urbana. Pero está todo por hacer, así que aquí enumero cinco puntos que, según mi visión, son más necesarios para promover y beneficiarnos todos de un mayor uso de la bicicleta (sobre todo en las ciudades).
Pues me parecen buenas ideas: la de la educación vial, imprescindible. Debería ser una asignatura en el cole y deberían hacerse más campañas para informar, por ejemplo, de esos últimos cambios aprobados en el código de circulación. Fomentar y premiar el entendimiento en vez del enfrentamiento de los diferentes usuarios de las vías públicas (de vez en cuando y, sin que sirva de precedente, cámaras para fotografiar y premiar buenas actuaciones de usuarios de las vías en vez de para pillar infractores ) .
La idea del aparcamiento, muy buena, para intentar limitar los robos.
Y para salvar las cuestas que hay en muchas ciudades españolas, a mí me sigue pareciendo bien promocionar la bicicleta eléctrica (esa que solo es una ayuda al pedaleo en esas cuestas terribles que nuestros mayores no subirían) y ofrecer subvenciones para comprarlas.
Ejecuciones públicas de ladrones de bicis en las plazas mayores de cada pueblo y ciudad.
Me vale lapidación o hoguera, siempre que sea lento y doloroso. Casi me inclino más por la lapidación, ya que no huele tanto y anima a la participación popular.
#7 Una cosa es penalizar el uso del coche (lo que me parece bien, siempre que sean límites razonables) o promover el uso de la bicicleta (o cualquier otro medio de transporte más sostenible); pero de ahí a obligar...
Lo que hay que promover es el cambio en la mentalidad del ciudadano medio. Para muchos, muchísimos, pasar de ir al trabajo en coche a la bici, es una regresión, es una involución de su estatus, es una perroflautez, es una manera de llegar sudado al trabajo, es una manera de entorpecer el tráfico en las calles y poner en peligro a los abuelos en el carril bici.
Pero lo más importante de todo, con mucha diferencia es la educación. Hay una falta de civismo brutal.
Si a eso le añadimos la extraordinaria campaña de la mayoría de los medios de comunicación conservadores contra la bici y que este es un país con cada vez mayor número de viejos, los problemas no creo que se solucionen, al revés irán a más puesto que los que se van al trabajo en bici son cada vez más.
#5 Para mi la clave es, como en todo, fijarse en quienes lo hacen bien e intentar adaptar (que no copiar) el modelo. No es lo mismo ir en bici por Ámsterdam que es totalmente llano a desplazarte por Bilbao que está lleno de cuestas, y eso de entrada ya es un punto en contra para coger la bici, por poner un ejemplo.
Pero hay puntos en los que se puede trabajar sobre los que otros ya avanzaron en su día; y ahí es clave la educación como comentas. ¿Somos cada vez más incívicos? No lo sé, pero quizá los incívicos de ahora lo somos mucho más que los de antes, en parte por una libertad que se entiende como algo propio y exclusivo. Si en bici me salto un semáforo tengo mil excusas para justificarlo, todo chorradas, pero que me sirven para sentirme tranquilo; lo mismo que si adelanto a un ciclista sin la distancia de seguridad. Y que no me digan nada porque tengo prisa...
Comentarios
Pues me parecen buenas ideas: la de la educación vial, imprescindible. Debería ser una asignatura en el cole y deberían hacerse más campañas para informar, por ejemplo, de esos últimos cambios aprobados en el código de circulación. Fomentar y premiar el entendimiento en vez del enfrentamiento de los diferentes usuarios de las vías públicas (de vez en cuando y, sin que sirva de precedente, cámaras para fotografiar y premiar buenas actuaciones de usuarios de las vías en vez de para pillar infractores ) .
La idea del aparcamiento, muy buena, para intentar limitar los robos.
Y para salvar las cuestas que hay en muchas ciudades españolas, a mí me sigue pareciendo bien promocionar la bicicleta eléctrica (esa que solo es una ayuda al pedaleo en esas cuestas terribles que nuestros mayores no subirían) y ofrecer subvenciones para comprarlas.
Ejecuciones públicas de ladrones de bicis en las plazas mayores de cada pueblo y ciudad.
Me vale lapidación o hoguera, siempre que sea lento y doloroso. Casi me inclino más por la lapidación, ya que no huele tanto y anima a la participación popular.
#2 Un poco de mano dura siempre ayuda...
Para qué promover si puedes obligar.
#1 ¿Cómo?
#3 Supongo que se refiere a obligar penalizando el uso del coche en el centro de las ciudades, reduciendo carriles, penalizando el aparcamiento ...
#7 Una cosa es penalizar el uso del coche (lo que me parece bien, siempre que sean límites razonables) o promover el uso de la bicicleta (o cualquier otro medio de transporte más sostenible); pero de ahí a obligar...
Lo que hay que promover es el cambio en la mentalidad del ciudadano medio. Para muchos, muchísimos, pasar de ir al trabajo en coche a la bici, es una regresión, es una involución de su estatus, es una perroflautez, es una manera de llegar sudado al trabajo, es una manera de entorpecer el tráfico en las calles y poner en peligro a los abuelos en el carril bici.
Pero lo más importante de todo, con mucha diferencia es la educación. Hay una falta de civismo brutal.
Si a eso le añadimos la extraordinaria campaña de la mayoría de los medios de comunicación conservadores contra la bici y que este es un país con cada vez mayor número de viejos, los problemas no creo que se solucionen, al revés irán a más puesto que los que se van al trabajo en bici son cada vez más.
#5 Para mi la clave es, como en todo, fijarse en quienes lo hacen bien e intentar adaptar (que no copiar) el modelo. No es lo mismo ir en bici por Ámsterdam que es totalmente llano a desplazarte por Bilbao que está lleno de cuestas, y eso de entrada ya es un punto en contra para coger la bici, por poner un ejemplo.
Pero hay puntos en los que se puede trabajar sobre los que otros ya avanzaron en su día; y ahí es clave la educación como comentas. ¿Somos cada vez más incívicos? No lo sé, pero quizá los incívicos de ahora lo somos mucho más que los de antes, en parte por una libertad que se entiende como algo propio y exclusivo. Si en bici me salto un semáforo tengo mil excusas para justificarlo, todo chorradas, pero que me sirven para sentirme tranquilo; lo mismo que si adelanto a un ciclista sin la distancia de seguridad. Y que no me digan nada porque tengo prisa...