Ya se saben cómo funciona la industria de las letras, 50 sombras de Grey vende unas toneladas de ejemplares y a la mañana siguiente tenemos, en la primera fila de las estanterías de cada librería del universo, una docena de novelas con amantes jugando a meterse bolas de billar por el culo. El código Da Vinci arrasa entre las lecturas del metro y nos llueve el marketing salvaje de cientos de thrillers que exploran el significado oculto de las dieciséis estampas de perros jugando al póquer de Cassius Marcellus Coolidge.
Comentarios
#0 Poniendo la tilde el el lugar que le corresponde en ese "Como".
Mucho marketing...hace mucho tiempo que no leo novelas actuales...intenté una de Murakami y no llegué a la pagina 10. Las editoriales venden humo. ¿Como puede un tio tan aburrido vender novelas?
Mejor ir a leer las obras consagradas, las que han pasado la prueba del tiempo.
#3 ...como el Finegans Wake de Joyce, En busca del tiempo perdido de Proust, Moby dick de Melville...
Resumiendo:
Tetas, coños y misterio, todo revuelto.