Hay días duros. No sólo en el campo. A veces hace un frío del demonio, a veces llueve, a veces no tenemos fuerzas. En ocasiones, no han pasado 10 minutos de partido y nos están reventando en las melés. Si eres pilier, sólo puedes pensar una cosa: no salgo de esta. Pero hay cierto orgullo que te han insuflado los veteranos cuando te han ido entrenando, cierto amor propio que hace que te enfrentes a la siguiente melé, placaje o ruck mirando a los ojos al tío que sabes que te va a conseguir una cita con el fisio la semana siguiente.
Comentarios
He practicado muchos deportes, pero ninguno se parece al rugby.
Para los que no habéis jugado nunca os diré que es ir a una pelea de 15 contra 15 en un campo generalmente embarrado en el que, por lo visto, hay un balón circulando. Una pelea que, cuando termina el 2º tiempo, se convierte en una fiesta durante el 3º. Te tomas una cerveza junto al tío que te ha percutido con tanta fuerza que te ha sacado el aire de los pulmones y te ha dejado tendido como una cucaracha. Hablas de tu trabajo, estudios o de la música que escuchas con otro al que has pisado con los tacos de aluminio, casi sin querer, mientras entrabas a limpiar una ruck tan a los bestia que saliste por el otro lado. Cuando les vuelves a ver el año siguiente, a punto de entrar al campo, les saludas frunciendo el ceño y tratas de reventarles, con más ganas si cabe, que el año anterior.
Así es como te hace ver en el rugby a tus adversarios; imaginad cómo ves a tus compañeros, a los que se parten la cara para protegerte cuando te placan, a los que prefieren comerse un placaje que hace que les duela hasta la última articulación del cuerpo antes que hacerte un mal pase o perder un balón que has llevado hasta ellos a base de sangre y dolor. Imaginad cómo te duele que se te caiga un balón cuando sabes que tus delanteros, que ya están reventados, van a tener que volver a chocar por tu culpa, o cómo te sientes cuando, llevado en volandas por 2 tíos que acaban de atropellarte, consigues que la bola llegue hasta un compañero y, según te intentas levantar del barro en el que te han incrustado, escuchas los gritos de la grada porque ha conseguido ensayar.
El compañerismo, el respeto absoluto por el árbitro y los oponentes, la continuidad del juego, las melés... Es un mundo que pocos conocen pero que recomiendo encarecidamente.
"La diferencia es que si te has rendido, te va a doler más; si te has rendido, van a ir a por ti con más ganas. En este deporte se respeta a los perdedores, pero no a los que se rinden y bajan los brazos."
Los que jugamos o hemos jugado al rugby creo que entendemos esto. ¡Que puto gran deporte!
No hay mas amor que en un ruck
A mi me enseñó que um esguince condroesternal no es escusa para dejar de entrenar ni jugar.
¿Alguien mas ha leído: Discos duros y lo que el rugby te enseña?
Prop Pride!
Muy adecuado para mi metacarpo rogo desde el domingo tras 75 minutos jugando pensando k se me habia doblado el dedo
Muy buen artículo, dan ganas de apuntarse a algún equipo... hasta que te acuerdas de que no mides 1,90 metros (cúbicos) y te harían fosfatina a los 5 minutos...
#9 Lo bueno del rugby es precisamente que seas como seas tienes sitio en un equipo. Cuando jugaba medía 1.75 y pesaba 80kg. A mi lado habia tíos de 1.90 y 150 kg y tíos de 1.60 y 60 kg.
Para mí, el valor absoluto del rugby es el RESPETO.
Respeto al árbitro, al equipo contrario, a los compañeros...
#9 es lo bueno del rugby, que hay sitios para todo el mundo, hasta hoy dia nunca he escuchado lo de "no sirves para el rugby" y como no es relativamente conocido lo de la captacion de nuevos jugadores se cuida mucho, desde deshechos geneticos como servidor hasta deportistas de verdad
O usar gafas...nos reconocemos los lunes quienes llevamos las gafas dobladas