Tuve una novia que me prohibió que le dijera frases románticas al oído. Sí, han leído bien: ‘tuve’. Porque no concibo un mundo sin poesía, sin ese placer culpable que consiste en deslizarse por el tobogán de los sentimientos sin temor a ser tachado de… cursi. Lo peor es que con esa novia tuve una hija… A ver qué hacemos ahora.
Comentarios
Yo soy muy cursi cuando estamos en público me encanta ponerlo "colorao"
#1
Aunque mi equipo pierda,
nos importa una mierda
Amor mío, contigo me gustaría jugar al cepillo:
yo pongo el palo y tú pones los pelill...
CORTEN!