Hace 2 años | Por calaña a jotdown.es
Publicado hace 2 años por calaña a jotdown.es

A las ocho de la tarde del domingo 13 de junio de 1982, en el centro del campo de juego del Camp Nou, en Barcelona, tras oír el silbatazo del árbitro, Mario Alberto Kempes tocó el balón. A unos centímetros de él, lo controló Diego Armando Maradona. Con ese movimiento inicial se puso en marcha el partido entre Argentina —vigente campeona— y Bélgica, y también el Mundial de España 82. Fue un acontecimiento que excedió lo meramente deportivo: fue el primer gran evento internacional celebrado por la España democrática.

Comentarios

OCLuis

#2 Gracias... no conocía esta historia de tan antigua que era, pero si tú la conoces seguro que eres de la era del COBOL por lo menos.

Fedorito

#3
Si, llevo algún tiempo ya peinando canas.
13 años tenía cuando se jugó ese mundial.

devilinside

#3 Pues si crees que es viejo, yo tengo un libro de papel de fumar del naranjito, que me guardé de recuerdo y ya fumaba porros en esa época

keiko_san

#2 Gracias por ir a buscar a youtube un video que viene dentro del meneo

Fedorito

#8
Vaya, ni leí el meneo. Fue leer el titular y venir esa anécdota a mi cabeza. La verdad que en una noticia sobre el mundial del 82 esa historia no puede faltar.

D

#2 Yo tambien me acuerdo lol lol Y la policía Española abriéndole, haciéndole el paseíllo hasta el campo, diciéndole al arbitro que lo anule -que lo hace- y la policía española acompañándole en todo e intentando expulsar al seleccionador francés por estar donde el si tenia todo el derecho a estar, ni uno solo de aquellos borregos se salio de la fila.. esa servidumbre con el poderoso que no ha cambiado en nada...

xyria

#2 Siento vergüenza ajena viendo el vídeo. Servilismo de la Guardia Civil --¿no eran policías nacionales -- ante un ogro desencajado.

m

#2 jaja, no hay mayor escoria en la humanidad que esos jeques… y la benermérita haciéndole el pasillo

Guanarteme

#10 incluyó la crónica de este partido en la sección de Sucesos en vez de la de Deportes, con el titular "Timo a 40.000 espectadores"

lol lol lol

¡Buenísimo! P*tos "drama queens" lol

A

#10 yo fui uno de los 40.000...

recuerdo la fase de grupos en Gijon, todos con Argelia...

Ne0

Yo recuerdo a un árbitro con menos pelo que naranjito con cara de pocos amigos, y yo viendo la tele en ese pedazo de TV a color de ¿30"? Thomson, y decirle a mi padre y sus amigos: Ese árbitro tiene cara de hijoputa. Mi padre mosqueao y sus amigos partiéndose la caja.

calaña

Yo tenía 4 añazos y lo que más recuerdo era el álbum de cromos de Panini. Ese y el de México 86.

C

El fútbol es así, le ha faltado decir.

superjavisoft

#1 El problema es que hoy en dia los jugadores no sienten los colores.

D

#6 Pues el verde lo siente de puta madre

celyo

Sin embargo, ya en aquel entonces había lamentos que, desde nuestra perspectiva, suenan casi naífs. «En nuestros días, la agilidad está siendo sustituida por la fuerza», decía Miguel Delibes en un artículo de 1980 con el que sorprendió a muchos de sus lectores, quienes desconocían su afición futbolera. «Un buen futbolista ya no es un malabarista, sino un atleta», afirma el escritor vallisoletano, al tiempo que se quejaba del «antifútbol»: «Hoy, antes que jugar más, se procura que el contrincante juegue menos». Cuatro décadas después, si algo nos llama la atención al ver partidos de aquella época es la menor intensidad del juego, las marcas menos férreas, los grandes espacios con que contaban los equipos a la hora de atacar.

Estoy bastante de acuerdo con esto

ragar

En la fiesta familiar de celebración de mi 15 cumpleaños, jugaron España y Honduras.
¡Cuanto asco sentí tras el atraco a mano armada que sufrieron los hondureños!
Ese día me di cuenta de que por más que te digan los periódicos que España casa a ganar, siempre es mentira

D

Me acuerdo de naranjito en dibujos animados, tenía una cultura y una erudición como si fuera presidente de la RAE, ahora los niños le harían zumo

ronko

...
Eso dentro de tu culo
No son bolas chinas
Son chinitos de la suerte
Naranjito y su pandilla
No merecen otra cosa que la muerte
...