Antes de que Jean-Claude Van Damme se convirtiera en el icono del cine de artes marciales que todos conocemos hoy en día a fuerza de abrirse de piernas y parar cocos en caída libre con la tripa, su carrera cinematográfica se hallaba en un preocupante punto muerto. Van Damme alternaba empleos de repartidor de pizza o taxista con pequeños papeles secundarios entre los que solo destaca el papel como villano (soviético, claro, hablamos de 1986) de Retroceder nunca, rendirse jamás.
Comentarios
#5 mientras no haya una vaina loca...
No me importa de qué va la noticia, si Van Damme es el protagonista, primero meneo y luego leo.
"- A ver, Chuache, toma la amtralladora que vamos a buscar al malo de la peli
- ¿Ruso malo otra vez?"
- No, ahora están de moda los aliens, así que te enfrentaras a un alien maligno
- Ok, no problemo
- Ah, el alien es Van Damme. Y ojo con él, que viene de reenganchada.
- Verdammt!"
#1 y más aún todavía con la obsesión que tiene el belga por enseñar como se abre su gofrera
#2 gofrera
#2 Mientras no se ponga a bailar, todo bien.
#2 no tanto como su obsesión por los polvos mágicos colombianos...
De esta grabación no dicen nada, en la tristemente famosa Street Fighter le entraban 10.000 dólares de polvos mágicos por la nariz cada semana.
#8 un respeto, que esa nariz seguramente inspiró a los científicos para crear el acelerador de partículas en Suiza.
Seguro que en alguna escena eliminada se veía al depredador haciendo un split sobre los demás actores.
No se que película estaban echando el otro día que era un chavalín. No se si contacto sangriento u otra.
> “Jean-Claude Van Damme se ha labrado su carrera a base de abrirse de piernas”
Mira, como Rebeca Linares.