Este personaje, a caballo entre la realidad y el mito, alcanzó la popularidad a mediados de los años 80. Su indispensable labor social consistía en facilitar caramelos rellenos de opiáceos alcaloideos a los niños que, presurosos salían de los colegios. Droga que difícilmente hubieran encotrado en otros lugares.
|
etiquetas: drogas , leyendas urbanas , bulos
Que decía la Osquestra Mondragón.
m.youtube.com/watch?v=vmF6KKIdIDs&pp=0gcJCR4Bo7VqN5tD
Esto me ha dolido casi como la muerte de Chanquete.