No entiendo cuando me he encontrado, y ha sido con frecuencia, a adultos descartando que un libro sea un buen regalo para un niño al organizar los regalos de cumpleaños, Navidad o Reyes Magos. Lo consideran un presente de segunda, algo que no divierte, que no puede gustar. “¿Un libro? ¿Solo eso?” “Pobre, regálale algo que le divierta, no para estudiar”.
Es la consecuencia de la educación de este país, donde obligan a los niños a leer ladrillos infumables a edades demasiado tempranas para poder apreciarlos porque "es que son los clásicos". Así lo único que se consigue es que los niños identifiquen al libro como un instrumento de tortura en lugar de una opción de ocio. Como si todos los libros fueran "para estudiar".
#1 pon a un crio a leer a Becquer, o a Gongora en castellano antiguo de eso, y si no coge asco a leer, preocupate.
Ahora bien, dale libros ligeros, entretenidos, de aventuras o algo que le llame la atencio y veras como le coge el gusto.
Estas navidades le he regalado a mi sobrina de diez años un juguete y un par de libros, "Charlie y la fábrica de chocolate" y "Charlie y el ascensor de cristal". Su reacción:
-¡"Charlie y la fábrica de chocolate"! ¡Me encanta esa película!
E inmediatamente se puso a leerlo. Llevo comprándole libros desde que pudo empezar a sujetarlos, y pienso seguir haciéndolo hasta que ella me diga basta.
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Es la consecuencia de la educación de este país, donde obligan a los niños a leer ladrillos infumables a edades demasiado tempranas para poder apreciarlos porque "es que son los clásicos". Así lo único que se consigue es que los niños identifiquen al libro como un instrumento de tortura en lugar de una opción de ocio. Como si todos los libros fueran "para estudiar".
#1 pon a un crio a leer a Becquer, o a Gongora en castellano antiguo de eso, y si no coge asco a leer, preocupate.
Ahora bien, dale libros ligeros, entretenidos, de aventuras o algo que le llame la atencio y veras como le coge el gusto.
Estas navidades le he regalado a mi sobrina de diez años un juguete y un par de libros, "Charlie y la fábrica de chocolate" y "Charlie y el ascensor de cristal". Su reacción:
-¡"Charlie y la fábrica de chocolate"! ¡Me encanta esa película!
E inmediatamente se puso a leerlo. Llevo comprándole libros desde que pudo empezar a sujetarlos, y pienso seguir haciéndolo hasta que ella me diga basta.