No, no se trata del asesinato de Isabel Carrasco por un ajuste de cuentas interno. Ni de la lógica y pertinente campaña de tiro al Twitter, esa nueva arma de destrucción masiva que lo mismo vale para llevar la democracia a Egipto que para socavarla en España. No, se trata de algo mucho más ominoso: la toma de conciencia por nuestros representantes de la desafección de una parte de la ciudadanía.
¿No se dieron cuenta cuando los miembros de la casa real ya no se juntaban con ellos para evitar los abucheos? Paradójicamente, han terminado más abucheados que los propios políticos.
Comentarios
Jose María Aznar López ...
Tengo curiosidad si las otras 2 siglas coinciden. jejeje.
¿No se dieron cuenta cuando los miembros de la casa real ya no se juntaban con ellos para evitar los abucheos? Paradójicamente, han terminado más abucheados que los propios políticos.