Para rodar la escena, la actriz se dejó crecer el cabello hasta sobrepasarla las rodillas, de forma que pudiera cubrir su desnudez, y se vistió únicamente con un leotardo color piel. Toda la secuencia se filmó en un set cerrado donde solo estaban los miembros imprescindibles del equipo. Según dijo el director Arthur Lubin, Maureen O’Hara se inspiró para la escena en el cuadro "Oración de Lady Godiva", del pintor inglés Sir Edwin Landseer.
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