Gwen van der Zwan realizó un experimento culinario en el que preparó morcilla con su propia sangre, pues le parece desagradable que el popular alimento tenga como base la sangre de cerdo. “Para mí es asqueroso cuando un cerdo o una vaca son sacrificados. Mi sangre tiene los mismos nutrientes –hierro, vitaminas y minerales– que la sangre de cerdo que usualmente se usa en la morcilla, pero solo me hiere a mí, no a los animales”, escribió en un reportaje para el sitio Munchies.
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