Hace 1 año | Por eaglesight1 a elpais.com
Publicado hace 1 año por eaglesight1 a elpais.com

El ruso y el chino se enfrentan en Kazajistán por el título mundial tras la renuncia del noruego.

Comentarios

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#5 Yo le sigo viendo su mérito al ajedrez humano; no decimos que los atletas que corren los 100 metros lisos o las maratones ya no valgan porque existan caballos de montar, motos o coches, que les dan mil vueltas obviamente. Pues lo mismo con el ajedrez humano vs. ajedrez computacional: son cosas distintas.

Sin embargo, a Carlson ---del que fui muy fan, no tengo problema en admitirlo--- me parece a mí que se le ha endiosado un poquito y él se ha endiosado otro poquito más. Lo que hace es impropio de un profesional.

(PD. No vi tu comentario hasta hoy, disculpa.)

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#6 A ver, me estás malentendiendo. Yo juego al ajedrez y seguiré jugando de por vida, por afición, querencia artística, por lo que sea. Lo que digo es que Carlsen está quemado y ha perdido la perspectiva (cegado por su ego) de lo que es el mundo del ajedrez profesional, sus márgenes y la menguante afición al mismo.

Y que cuando un ajedrecista, como Carlsen, dice en una entrevista que se divierte más jugando juegos de azar ridículamente simples y chorra, a jugar ajedrez... lo que señala es que, como ajedrecista al menos, su peak ha quedado atrás y nunca volverá. O el rifirrafe estúpido creando drama gratuito, que se montó en twitter con Niemann por haber perdido una partida acusándolo de hacer trampas sin prueba alguna.

Carsen está más quemado que la moto de un hippy. Mi opinion.

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#11 Pero es que yo no conozco ningún deporte donde elijas a tus contrincantes, te toca el que te toca por muy "inferior a ti" que te parezca y si pierdes, perdiste. Si no te motiva, es tu problema; el ajedrez es (sobre todo) un juego mental que incluye eso entre muchas cosas más. ¿O acaso (salvando las distancias y las analogías) el Real Madrid se niega a jugar contra el Levante cuando toca? ¿Y si tienen un mal día y pierden? Pues perdieron: así es el juego. Andar echando pestes de los formatos, normas y contrincantes sólo para "jugar contra quienes le parecen suficientes para él" y no arriesgarse a perder contra quienes en su superioridad le parecen "insuficientes" es de mal ajedrecista, mal deportista y mal profesional.

T

#12 Cada deporte tiene su normativa y yo a Carlsen lo entiendo. Si temiera perder el campeonato de hecho pienso que lo jugaría. Tiene 0 motivación y punto. Ha pasado y pasará en todos los deportes, ahí tienes a Gareth Bale en el fútbol o a Borg en el tenis. No veo a Carlsen mal profesional cuando ha apalizado a todos varias veces. Vamos yo lo veo así.

h

Carlsen es un tio que gana hasta llegado tarde a la partida. el mejor de todos los tiempos hasta ahora. Un prodigio.

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O sea que al señorito noruego le disgusta jugar acorde a las normas, se niega a jugar contra otros ajedrecistas a los que ve "inferiores a él" por si acaso pierde y además es un viva la vida que se niega a entrenarse como hay que entrenarse para jugar a ese nivel. Pues menudo niñato caprichoso e inmaduro nos ha salido el Carlsen este.

T

#1 No puedo leer el artículo porque es de suscripción, pero no sé a cuento de qué viene ese ataque a Carlsen cuando ha hecho más por el Ajedrez y su promoción que todo el top 100 junto.

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#2 A mí me sale como de suscripción pero me deja leerlo casi entero hasta el final. Sin embargo, el punto no está en este artículo, sino en otro de enero al que enlazan (porque si no, no se entiende su renuncia) y que puedo leer casi entero también; y mira que el articulista de El País intenta "blanquearlo" todo lo que puede, pero ni por esas cuela (o al menos a mí no me cuela):

https://elpais.com/ajedrez/actualidad/2023-01-02/carlsen-quince-coronas-y-dos-miedos.html

“A la vida llegamos por casualidad, y es limitada. Quiero disfrutarla cuanto pueda y lograr la mejor versión de mí mismo”. Es la filosofía de Magnus Carlsen a los 32 años; ya acumula 15 títulos mundiales tras los 2 (en las modalidades rápida y relámpago) que logró la semana pasada en Almaty (Kazajistán), y es millonario. Pero dos grandes nubarrones amenazan ese cielo tan azul: ha renunciado a defender el de ajedrez clásico por miedo a perderlo y afronta una demanda judicial por cientos de millones de dólares.

El miedo a perder un duelo por el título requiere una aclaración importante. De su reciente conversación con el youtuber Lex Fridman y sus entrevistas con EL PAÍS desde que tenía 16 años se deduce que no teme a la derrota en sí, sino a sufrirla ante alguien que él considera claramente inferior. O sea, a todos sus rivales en los cinco duelos disputados, excepto el estadounidense Fabiano Caruana en Londres, 2018: “Yo no estaba en mi mejor forma y él sí. Eso igualaba muchísimo la pelea, lo que se tradujo en doce empates en las partidas lentas y mi victoria en el desempate rápido. Si hubiera perdido aquel duelo, no habría sido el fin del mundo. Pero en los otros cuatro me consideraba claramente superior en ese momento”.

El noruego se refiere a los dos contra el indio Viswanathan Anand en Chennai (India, 2013) y Sochi (Rusia, 2014), el de diciembre de 2021 con el ruso Ian Niepómniashi en Dubái (Emiratos Árabes Unidos) y, sobre todo, el de 2016 en Nueva York frente al también ruso Serguéi Kariakin, donde sufrió muchísimo. Después de siete partidas en tablas, el campeón se excedió en su ansia por ganar y perdió la 8ª. Esa noche se emborrachó con todo su equipo: “Es la única vez que lo he hecho como terapia, y funcionó. Gané una y empaté tres en las cuatro siguientes, y luego me impuse con claridad en el desempate rápido”.

Tras derrotar a Niepómniashi en Dubái, Carlsen anunció que solo defendería el título en 2023 si el vencedor del Torneo de Candidatos fuese el francés de origen iraní Alireza Firouzja, de 19 años ahora, a quien él considera un fenómeno excepcional, a su altura; un reto muy motivador. Pero Firouzja acusó su falta de experiencia y no ganó el Torneo de Candidatos, que se disputó en Madrid hace seis meses. El vencedor fue otra vez Niepómniashi, nada estimulante para Carlsen, quien anunció su renuncia al título a pesar de que la Federación Internacional (FIDE) cedió mucho en la negociación y ofreció lo que él viene pidiendo desde 2018: acelerar el ritmo de las partidas; que se jueguen, por ejemplo, 24 en dos semanas (con días de descanso), a dos por jornada. De modo que el ruso disputará el título contra el chino Liren Ding, a quien el todavía campeón considera “ligeramente favorito”.

Hay otro motivo adicional que espanta a Carlsen: la preparación (técnica, física y psicológica) implica varios meses en los que se acuesta y se levanta pensando en una sola persona, a la que debe machacar en un boxeo mental. Eso es totalmente distinto a los Mundiales de Rápidas, que ha ganado cuatro veces: 2014, 2015, 2019 y 2022. O Relámpago, de los que tiene seis medallas de oro: 2009, 2014, 2017, 2018, 2019 y 2022. Ambas modalidades son agotadoras en cuanto a la tensión nerviosa, pero las dos consecutivas solo duran cinco días, y para prepararlas basta con pocas semanas. Volviendo al ajedrez clásico, Carlsen disfruta mucho más de los torneos (ha ganado 31 de los más importantes), generalmente por sistema de liga entre diez o doce jugadores: “Si fracaso, pronto habrá otro para resarcirme. Pero si pierdo el título mundial, tardaría años en recuperarlo”.

Además, la preparación de los torneos no requiere de largas concentraciones con su equipo de analistas, como los duelos por el título. El escandinavo huye como gato escaldado de cualquier sistema de entrenamiento con horarios rígidos y planificados. Esa es la principal razón por la que, en 2010, su trabajo con Gari Kaspárov como entrenador, contratado por el padre de Carlsen, duró menos de un año: “Lo que yo buscaba era acceder al cerebro de uno de los mejores ajedrecistas de la historia. Y aprendí mucho de él, sobre todo en las partidas amistosas que jugamos. Pero pretendía imponerme un régimen estricto, poco menos que militar, que yo siempre he rechazado”, suele explicar el noruego. Aunque matiza: “Yo estoy pensando en ajedrez, y analizando mentalmente una posición, casi todas las horas de casi todos los días, incluso cuando estoy caminando o esquiando o comiendo, pero sin horarios”.

Carlsen no ha dicho ni una palabra en las últimas semanas sobre otro asunto que sin duda debe preocuparle: la demanda que el estadounidense Hans Niemann ha presentado en un juzgado del estado de Misuri por más de 400 millones de dólares por “difamación, libelo, violación de la ley antimonopolio, conspiración civil e interferencia torticera”. Es decir, por haberle acusado sin pruebas de hacer trampas en la partida que Niemann ganó a Carlsen el 4 de septiembre en la Copa Sinquefield de San Luis (Misuri). La lógica indica que una centésima parte de esa cantidad ya sería una compensación razonable, que Carlsen podría afrontar sin grandes problemas porque se estima que gana unos dos millones cada año por término medio, sumados premios, patrocinios y otros contratos. Pero lo que un juez o un jurado de EEUU puedan decidir es imprevisible.

“Mi punto más débil es el control de las emociones”, dijo Carlsen a este periódico el 5 de diciembre de 2016 en Nueva York, tras la victoria sobre Kariakin. Y todo indica que el pasado 4 de septiembre no las controló. Por el contrario, parece que sí lo hace cuando quiere evitar los sufrimientos que acarrea un duelo por el título frente a rivales que, por ahora, no le motivan. Lo que sí le estimula es la perspectiva de batir una marca de Kaspárov que roza lo imposible: ser el número uno durante veinte años consecutivos (1985-2005). Para lograrlo, Carlsen debe seguir siendo el mejor ocho años más, hasta los 40. ¿Conservará tanto tiempo la energía física y la motivación necesarias para alcanzar ese Everest? Lograrlo y disfrutar de la vida al mismo tiempo parecen objetivos difícilmente compatibles. Sobre todo si añadimos otro que Carlsen se ha marcado: pasar de los 2.900 puntos en la lista mundial, equiparable a saltar más de diez metros en longitud. Quizá demasiado para un hedonista, aunque sea genial.

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#9 Pues nada, ilústrame tú con la realidad, teniendo en cuenta lo que señalo en #4 (y que, por cierto, es secreto a voces en el mundillo).

T

#4 Carlsen es una leyenda viva del ajedrez y el sacrificio que supone la preparación del campeonato del mundo es brutal, yo entiendo que están un poco feas sus declaraciones, pero lleva razón y va de cara, solo le motiva Firouzja y sin motivación no vas a ningún lado. No es lo mismo ganar el título que defenderlo y lleva 10 años siendo campeón defendiéndolo. La presión es brutal, ya se vio como Nepo colapsó el pasado mundial haciendo prácticamente el ridículo contra Magnus.

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#1 Hace como un año o que se puso a jugar al poker y se debió creer que era algo más que un ajedrecista con ínfulas de super estrella, popular y notable en el mundo solo por haber malgastado su supuesta genialidad en mover piezas en un juego de tablero que es dominado incontestáblemente por un ejecutable de 5Mb (en Linux) llamado Stockfish ( una obra de arte e ingeniería de software de codigo abierto, gratuito y a la vista de todos ).

Como digo, desde ese momento intuí que Carsen ya había dado lo máximo de sí mismo como ajedrecista. Lo mejor que podía hacer por su bién era dejar de llorar por más dinero (cuando los márgenes en el ajedrez profesional están limitados por los cada vez mas escasos patrocinadores, audiencia y afición) o por perder contra Niemann y acusarlo de hacer trampas sin prueba alguna, y retirarse.

Pasar a la mediocridad es el destino de estos "genios" del tablero cuando dejan de jugar al ajedrez, Carlsen no es una excepción.

Chucrut

#5 Te equivocas completamente con lo de que las audiencias y la afición cada vez es menor en ajedrez, lleva años creciendo.

Por otro lado me llama la atención que consideres que alguien que es historia viva del ajedrez haya malgastado su intelecto. ¿En que otra actividad consideras que lo hubiese aprovechado? Y lo de poner en duda su genialidad, entiendo que no sabes nada de ajedrez para valorarlo o a mi se me escapa algo.

f

#7
Ese aumento aparente de afición que mencionas, parejo a la democratización del ajedrez que crea el acceso masivo a internet, crees que va parejo al ingreso que percibe un ajedrecista profesional a lo largo del año? Crees que un top 50 de ajedrez gana más o menos que un top 50 de ajedrez de hace ~30 años ( teniendo en cuenta la inflación )?

Te doy otra pista de la diferencia negativa más importante que hay entre ayer y hoy en el ajedrez: el coaching. Antes por el mero hecho tener un título FIDE certificando que eras bueno, practicamente te aseguraba tener niños a los que dar clases ( y padres a los que cobrar ). Hoy en día lo hace cualquiera niño por su cuenta. Niemann por poner un ejemplo, relataba en Twitch como había aprendido a jugar al ajedrez y como su principal mentor fué un módulo y una base de datos de ChessBase por su cuenta.

A Carlsen estas minucias de pobres ajedrecistas le da igual. Que Nepo como top 50 estuviese ganando 30.000 euros al año en premios en 2019 https://abcblogs.abc.es/jugar-con-cabeza/ajedrez/cuanto-dinero-ganan-jugadores-ajedrez.html , le importa un cojón.
Que Nepo siempre se haya ganado su puesto en la final derrotando al resto de candidatos? Se la soplaaaa.
Carsen está aburrido. Dice que quiere jugar contra el que a él le apetezca. Pide más dinero a la FIDE cambiar el formato bla bla. No se lo dán. Dice que entonces no juega.

Que no haya patrocinadores suficientes para pagarle lo que pide también se la sopla. Que la gente juege al ajedrez pero que pasemos como la mierda de elitistas profesionales del ajedrez también se la sopla.

Carsen como bién ha escrito #1 es un estúpido niño caprichoso, mimado (y quemado). Y como aficionado al ajedrez a mi también me la sopla que Carsen esté o deje de estar. Yo juego al ajedrez por que me divierte, no miro como otros juegan al ajedrez, y menos si es un idiota con ínfulas como Carlsen.

Sin acritud.

ElRespeto

#1 no tienes ni idea de lo que acabas de decir, amigo. O sea, ni remota idea! No tiene absolutamente nada que ver con la realidad.