No solo en los roscones de reyes se esconden las sorpresas más espantosas. A mediados del XIX existieron unas mini muñecas que se vendían en ataúdes. Minúsculas, eran incluidas dentro de las tartas de cumpleaños. Porque qué mayor felicidad para una niña del Romanticismo que tener su propia muertecita.
#5:
#4 Un error que sin embargo no se cometió con las barriguitas siendo diseñadas con el arco justo para poder practicar el misionero con un Geyperman
#6:
#5 pero las niñas se llevaron un disgusto que aún les dura
#7 a mikarmo me explicó un día que ese fardahuevos es uno de sus numerosos traumas infantiles. Una de esas decepciones que dejan una huella imborrable.
#2 Dudo que esa mutilación responda a un bocado, si nunca has intentado satisfacer tu curiosidad sobre el sexo de un juguete, es que no has tenido infancia.
#3 fue un error de jueventud que cometieron los que diseñaron la barbie, ¡cuántas acabaron rotas y mutiladas innecesariamente, con las patas separadas cuál vulgar prostiputa!
Lo que voy a decir me lo estoy inventando muy fuerte:
Sabiendo que a los niños y niñas les gusta imitar los mayores, entiendo que en esa época les era normal verles enterrar hijos, así que les haría gracia poderlos imitar velándolos... si no, no lo entiendo
Me acabo de acordar de Violette, la niña que falleció con un mes, y que está enterrada en el cementerio inglés de Málaga. Ce que vivent les violettes.
Es una historia muy dulce, por si a alguien le interesa.
Tal vez pueda entender que la delicadeza de un ser joven y muerto pueda ser romántico en la época. Había enfermedades que palidecían el rostro hasta la muerte y aún así se consideraba bello. No sé, el contexto cambia todo.
Comentarios
#4 Un error que sin embargo no se cometió con las barriguitas siendo diseñadas con el arco justo para poder practicar el misionero con un Geyperman
#5 pero las niñas se llevaron un disgusto que aún les dura
#6 Mejor eso que el fardahuevos color carne
#7 a mikarmo me explicó un día que ese fardahuevos es uno de sus numerosos traumas infantiles. Una de esas decepciones que dejan una huella imborrable.
#8 Nada que un juguete adaptado a su edad y ambiciones no corrigiese años mas tarde
#7 Donde esté un muñeco Billie, ...
Me gusta la gracil manera que tiene esta de acariciarse los pezones.
#1 alguien le debió pegar un buen mordisco a la tarta
#2 Dudo que esa mutilación responda a un bocado, si nunca has intentado satisfacer tu curiosidad sobre el sexo de un juguete, es que no has tenido infancia.
#3 fue un error de jueventud que cometieron los que diseñaron la barbie, ¡cuántas acabaron rotas y mutiladas innecesariamente, con las patas separadas cuál vulgar prostiputa!
#1 #2 Hostia, pero si en Galicia todavía las mentian en los roscones hace 30 años
#11 Joder pues admito que yo tengo 37 y estas mierdas igual por edad no las he pillao, pero no me suena de nah
"Vamos a jugar a que tenemos un bebé muerto." - Una niña del XIX, probablemente
A mí eso del "don't talk so much" inscrito en la tapa me suena a advertencia
Lo que voy a decir me lo estoy inventando muy fuerte:
Sabiendo que a los niños y niñas les gusta imitar los mayores, entiendo que en esa época les era normal verles enterrar hijos, así que les haría gracia poderlos imitar velándolos... si no, no lo entiendo
Me acabo de acordar de Violette, la niña que falleció con un mes, y que está enterrada en el cementerio inglés de Málaga. Ce que vivent les violettes.
Es una historia muy dulce, por si a alguien le interesa.
Tal vez pueda entender que la delicadeza de un ser joven y muerto pueda ser romántico en la época. Había enfermedades que palidecían el rostro hasta la muerte y aún así se consideraba bello. No sé, el contexto cambia todo.
Medio macabro todo, no?