Como cada año, los españoles del norte de la península aprovechan el calor extremo del verano para presumir de las bajas temperaturas que, en comparación, ofrece su tierra. «Aquí dormimos con una mantita», aseguran año tras año los gallegos en las redes sociales con la intención de dar envidia. Este verano, sin embargo, la estrategia se ha convertido en un efecto llamada del que ahora se arrepienten.
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Y en San Lorenzo, cocodrilos y tiburones famélicos.
Yo que tú me lo pensaba, forastero
#8 Me ha venido a la mente la imagen de unos langostinos cocidos.