Aquella noche de viernes lluvioso, Gloria Fuertes y sus amigos habían acudido a la tertulia poética del Café Varela. Una vez terminada, decidieron ir a una taberna de la zona para tomar algo. Pocos minutos después, y ya en el interior de la taberna, apareció el sereno para tomarse rápidamente una copa de aguardiente y volver a salir a hacer la ronda.
Comentarios
El sereno les caló y casi les chuzó.
Pobre hombre, se quedaría traumatizado.
Soy experto en poetisas grimosas, repelentes, repugnantes, repulsivas