«He tenido que hacer 10.000 kilómetros para dar con le embarcación que buscábamos mi socio y yo». El vigués Martín López Saiz tuvo que enviar un mayday a los guardacostas de Suecia, el nivel máximo de alerta, en medio de una espesa niebla que podía empujarle hacia los acantilados. En los canales del norte de Europa estuvo a punto de ser aplastado por una de las compuertas que se cerró antes de tiempo y los superpetroleros que pasaron a su lado en Dinamarca generaron tales olas que pudo haber volcado.
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