El show debe continuar. La máxima del espectáculo fue llevada hasta casi lo delictivo por los Rolling Stones, especialmente en los primeros tramos de su carrera. Su desenfreno existencial, con el que se despeñaron hasta las entrañas mismas del infierno, convirtió "sexo, drogas y rock and roll" en un lema de guardería infantil comparado con su forma de practicarlo. Lesley-Ann Jones recoge en su “biografía definitiva” los momentos "malditos" con los que la banda británica ha engordado la mitología del rock.
Comentarios
#2 Hombre, cuando los que pagan el concierto te dicen cómo lo pagan, un empleado de los tipos en cuestión te cuenta las cosas, y ves personalmente al hombre del maletín, poca leyenda urbana hay. También podría contarte algunas de otros grupos, vistas personalmente con estos ojos que se van a comer los gusanos, en sus backstages
De mi experiencia currando en el montaje de su concierto en el Calderón puedo contar otras tres:
1.- Fue la vez que descubrí el sandwich holandés: su oficina de management estaba domiciliada en Aruba, y remitía los beneficios a otra oficina que tenían en Ámsterdam para no pagar impuestos (contado por la oficina del promotor).
2.- Las cajas de las guitarras machacadas de Keith Richards vienen ralladas con arena de fábrica, para parecer más curradas (contado por un pipas).
3.- En esa gira, en el backstage era curiosa la presencia de un tío de mediana edad, trajeado y con un maletín que nunca abandonaba. Era el representante de una farmacéutica europea, suiza concretamente, en el país, que suministraba alguna cosilla de farmacia a alguno de los integrantes del grupo (visto por mis ojos el pavo y explicada su función por el mismo pipas de la anécdota anterior)
#1 No es por llevar la contraria, pero así es como nacen las chorradas de leyendas urbanas y chorradas varias. Todo te lo contaron, no viste nada tú mismo.