A diferencia del francés, el empresariado español no dispone de una verdadera diplomacia de los negocios. Siendo príncipe, el rey actual se adentró en ese mundo. Ahora, cuestionado por varias actuaciones del rey emérito, ese tipo de actividad podría ser una de sus salidas.
Comentarios
Condenar el Franquismo y a Franco, y abogar por la protección de la sanidad pública, podría ser un buen comienzo.