
Oigan ustedes señores
Con atención,
Una canción que dice
En español,
Como empieza una vida
En Aragón
Y se acaba el camino
En tierras d'Oc.
Terribles los inviernos
En pueblo de la torre
Infierno los veranos
Donde está el rebaño ?
Que triste estoy Luis.
Luis, vamonos pa'francia
Y alli trabajando
Tendremos dinero
Pa'levantar casa cuando
Volvamos aquí.
Entre viñas y olivos
Van corriendo los años
- « Es casi nuestra lengua
La que aquí se habla :
Contenta estoy Luis. »
Lui, iremos a España
Y allí descansando
Alegres los nuestros
Nos olvidaremos el tiempo
perdido aquí.
Solo en los cuentos
Todo bien se acaba :
El dios de la injusticia
A Francia ha dejado
Mi abuelo Luis.
Luis heredé tu sueño
Cambiará España
Entonces cantando
Levantaré casa cuando
Volvamos alli.
Claudi Martí
Quien dice que la ausencia causa olvido
merece ser de todos olvidado.
El verdadero y firme enamorado
está, cuando está ausente, más perdido.
Aviva la memoria su sentido;
la soledad levanta su cuidado;
hallarse de su bien tan apartada
hace su desear más encendido.
No sanan las heridas en él dadas,
aunque cese el mirar que las causó,
si quedan en el alma confirmadas.
Que si uno está con muchas cuchilladas,
porque huya de quien lo acuchilló,
no por eso serán mejor curadas.
Juan Boscán
Llegar al fin
hasta la puerta de tu casa,
entrar,
echar todas las cerraduras,
y, como quien saborea
el sabor de la venganza,
decirlo:
“ahí os quedáis,
hijosdeputa”.
Karmelo C. Iribarren
“Nos hicieron creer que el «gran amor»,
solo sucede una vez,
generalmente antes de los 30 años.
No nos contaron que el amor
no es accionado, ni llega en un momento determinado.
Nos hicieron creer que cada uno de nosotros
es la mitad de una naranja, y que la vida sólo tiene sentido
cuando encontramos la otra mitad.
No nos contaron que ya nacemos enteros,
que nadie en nuestra vida merece
cargar en las espaldas
la responsabilidad de completar lo que nos falta.
Las personas crecen a través de la gente.
Si estamos en buena compañía es más agradable.
Nos hicieron creer en una fórmula llamada «dos en uno»:
dos personas pensando igual,
actuando igual...
que era eso lo que funcionaba.
No nos contaron que eso tiene un nombre: anulación.
Que sólo siendo individuos con personalidad propia
podremos tener una relación saludable.
Nos hicieron creer que el casamiento es obligatorio
y que los deseos fuera de término, deben ser reprimidos.
Nos hicieron creer que los lindos y flacos son más amados.
Nos hicieron creer que sólo hay una fórmula para ser feliz,
la misma para todos, y los que escapan de ella
están condenados a la marginalidad.
No nos contaron que estas fórmulas
son equivocadas, frustran a las personas, son alienantes,
y que podemos intentar otras alternativas.
Ah, tampoco nos dijeron que nadie
nos iba a decir todo esto: cada uno lo va a tener que descubrir solito.
Y entonces,
cuando estés «enamorado de ti mismo»
podrás ser feliz y te enamorarás de alguien.
Vivimos en un mundo
donde nos escondemos para hacer el amor
aunque la violencia se practica a plena luz del día.”
John Lennon
Sale un misil «Lance»,
surca el cielo a una velocidad de susto,
otro misil «Patriot» sale a su encuentro,
le encuentra,
se deshacen,
se ilumina la zona,
la noche se hace día,
millones de dólares se hacen polvo,
cientos de niños se hacen ceniza.
No hay campo de batalla,
es en la ciudad donde el diablo dice ¡hola!
Las bombas traspasan los refugios
silenciando el llanto de los niños.
Millones de personas no hacemos nada
para evitar el tormento,
solo lamentos.
Dios, Alá y Mahoma
tampoco evitan que caiga
ensangrentada una paloma.
Gloria Fuertes
Madrugaba el Conde Olinos
mañanita de San Juan
a dar agua a su caballo
a la orillita del mar.
Mientras el caballo bebe
canta un hermoso cantar.
Desde las torres mas altas
la reina le oyó cantar.
—Mira hija como canta
la sirena de la mar.
—No es la sirena, madre,
ni menos es su cantar,
que es la voz del conde Olinos
que por mí penando está.
—Si es la voz del conde Olinos,
yo le mandaré matar,
que para casar contigo
le falta sangre real.
—No le mande matar, madre,
que si al conde Olinos mata
a mí la muerte me da—.
La infantita con gran pena,
no cesaba de llorar.
El murió a la medianoche
y ella a los gallos cantar.
Con esta soledad
alevosa,
tranquila,
con esta soledad
de sagradas goteras,
de lejanos aullidos,
de monstruos de silencio,
de recuerdos al firme,
de luna congelada,
de noche, para otros,
de ojos bien abiertos,
con esta soledad
inservible,
vacía,
se puede algunas veces
entender el amor.
Mario Benedetti
Uno siempre espera
que suceda algo,
que algo bueno suceda,
algo que le dé un giro brusco,
un empujón, un bandazo
de suerte a su vida,
de repente, porque sí,
en el momento más inesperado.
Pero no pasa nada, claro,
nunca pasa nada.
Porque uno no es más que un pobre
diablo (qué te creías, pues),
un número, una fecha,
un papel olvidado en un sótano
tétrico, traspapelado
entre millones de papeles.
Y al final, uno, qué remedio,
acaba aceptando que es así,
asume el fracaso,
se mira en el espejo y se da risa
(o llora, pero muy bajo),
se dice que la vida..., en fin,
que no hay nada que hacer,
y ni siquiera se queja, para qué.
Uno ya solo quiere llegar
al día siguiente,
sin sobresaltos,
poder ver a su equipo por la tele el sábado,
fumar menos, dormir bien,
echar de vez en cuando un trago,
cumplir años,
seguir vivo..., sin más.
Karmelo C. Iribarren
Algunas noches me arrimo
a tu calor bajo las mantas
como un niño asustado.
Necesito tocarte urgentemente.
Necesito saber que estás ahí,
que estarás siempre.
Sentir que tengo cerca
a un ser humano,
y que no estoy tan solo.
Karmelo C. Iribarren
El que está en la cuneta
mira a su espalda,
al descampado,
y piensa que allí
se tiene que estar
mucho peor.
Ignora
que por esa carretera
hace siglos
que no pasa nadie.
La esperanza lo sabe
pero se lo calla.
También ella
tiene que sobrevivir.
Karmelo C. Iribarren
Volar sin alas
Es posible volar sin tener alas
y nadar sin necesidad de ser un pez
Puedo sentarte frente a mi mientras me tapo
los ojos con las manos,
y hasta sentir que te toco, aunque no estés aquí.
Pero, como podría, sin ser Neruda,
decirte lo que quiero decirte
y que lo oigas como quiero que lo oigas
De vez en cuando me digo:
quizás es cierto que nos conocemos desde hace siglos
y me subo al delirio y me relamo
y hasta creo recordar nuestros caminos desandados
y aquellos maestros compartidos:
El arte de amar…
El principito…
Y aquel hermoso libro, el de La casa redonda,
que alguna vez
debimos leer juntos.
Y un minuto después, ya estoy diciendo:
no puede ser verdad.
Nunca exististe,
y si exististe, jamás nos encontramos.
Porque si todo fuera como yo imagino,
jamás podría perdonarte
tu inoportuno y absurdo silencio
de estos últimos 50 años.
Marta Bujó
Antología de un tiempo que no fue
Abro el periódico
y ahí está.
Lo recuerdo,
solía sentarse
en los últimos pupitres.
Nunca llegamos a ser grandes amigos.
La semana pasada
el del tercero,
y ahora él.
Llega el camarero con el café.
El francotirador
anda cerca, le digo.
Karmelo C. Iribarren
Estos tiempos eufóricos
de proclamas
y consignas,
acabarán también
formando parte
-junto a los viejos amores, las guerras,
y demás causas perdidas-,
de cualquier
conversación de bar.
El trayecto, breve, suele ser
siempre el mismo:
de la esperanza
a la melancolía.
Karmelo C. Iribarren
Ella
Es una intensísima corriente
un relámpago ser de lecho
una dona mórbida ola
un reflujo zumbo de anestesia
una rompiente ente florescente
una voraz contráctil prensil corola entreabierta
y su rocío afrodisíaco
y su carnalesencia
natal
letal
alveolo beodo de violo
es la sed de ella ella y sus vertientes lentas entremuertes que
estrellan y disgregan
aunque Dios sea su vientre
pero también es la crisálida de una inalada larva de la nada
una libélula de médula
una oruga lúbrica desnuda sólo nutrida de frote
un chupochupo súcubo molusco
que gota a gota agota boca a boca
la mucho mucho gozo
la muy total sofoco
la toda ¡shock! tras ¡shock!
la íntegra colapso
es un hermoso síncope con foso
un ¡cross! de amor pantera al plexo trópico
un ¡knock out! técnico dichoso
si no un compuesto terrestre de líbido edén infierno
el sedimento aglutinante de un precipitado de labios
el obsesivo residuo de una solución insoluble
un mecanismo radioanímico
un terno bípedo bullente
un ¡robot! hembra electroerótico con su emisora de delirio
y espasmos lírico-dramáticos
aunque tal vez sea un espejismo
un paradigma
un eromito
una apariencia de la ausencia
una entelequia inexistente
las trenzas náyades de Ofelia
o sólo un trozo ultraporoso de realidad indubitable
una despótica materia
el paraíso hecho carne
una perdiz a la crema.
Turgente picazón y el perfume de la muerte
En el susurrante viento del sur
Un aroma de abismo y vacío
El Oscuro Ángel de los vagabundos aúlla a través del apartamento
Con enfermo aroma dormido
El sueño de la mañana de un mono perdido
Nacido y silenciado bajo viejos caprichos
Con pétalos de rosa en frascos cerrados
El miedo y el mono
El sabor amargo de la verde fruta del amanecer
El lechoso aire condimentado con vientos alisios
Carne blanca mostraba
Sus jeans eran tan viejos
Sombras de piernas junto al mar
Luz de la mañana
En el cielo la luz de una pequeña tienda
En el olor a vino barato en el barrio de los marineros
En la fuente sollozando en los patios de la policía
En la estatua de piedra enmohecida
En el pequeño niño silbando a los perros callejeros.
Vagabundos se aferran a sus casas desvanecidas
El pálido silbato de un tren perdido y amortiguado
En el nocturno apartamento el sabor del agua
Luz de la mañana sobre la carne lechosa
Turgente picazón de mano de fantasma
Triste como la muerte de los monos
Tu padre una estrella fugaz
Hueso de cristal en el aire
Cielo nocturno
Dispersión y vacío.
Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, se despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
e retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehuyen, se evaden, y se entregan.
De vez en cuando,
serás mi café de ausencias,
tú y tu voz de mil tierras,
el recuerdo al que recurra
para herir de nostalgia mi noche,
para no conciliar el sueño.
Juan Ortiz
Al despertar
de la siesta
-todavía un instante-,
la sensación de haber soñado
que un mundo mejor,
más habitable,
más humano,
era posible.
Pero fue abrir los ojos
y olvidar los detalles.
Karmelo C. Iribarren
No hay nada que discutir,
no hay nada que recordar,
no hay nada que olvidar,
es triste y no es triste,
parece que,
la cosa más sensata
que una persona puede hacer,
es estar sentada
con una copa en la mano.
Charles Bukowski
No sé por qué me quejo porque al fin estoy sola.
Y el placer de tirar la ceniza en el suelo,
sin que nadie te riña,
y untar pan en la salsa
y beberse los posos,
y limpiarse la boca con el dorso de la mano,
cantar al vagabundo porque al fin fue valiente,
ir matando los besos como si fueran piojos,
beber blanco,
pronunciar ciertas frases,
decir ciertas palabras,
exponerte a que un día te borren de la nómina...
No debiera estar seria
pues vivo como quiero,
sólo que a veces tengo
un leve sarpullido.
Gloria Fuertes
Este domingo triste pienso en ti dulcemente
y mi vieja mentira de olvido, ya no miente.
La soledad, a veces, es peor castigo...
Pero, ¡qué alegre todo, si estuvieras conmigo!
Entonces no querría mirar las nubes grises,
formando extraños mapas de imposibles países;
y el monótono ruido del agua no sería
el motivo secreto de mi melancolía.
Este domingo triste nace de algo que es mío,
que quizás es tu ausencia y quizás es mi hastío,
mientras corren las aguas por la calle en declive
y el corazón se muere de un ensueño que vive.
La tarde pide un poco de sol, como un mendigo,
y acaso hubiera sol si estuvieras conmigo;
y tendría la tarde, fragantemente muda,
el ingenuo impudor de una niña desnuda.
Si estuvieras conmigo, amor que no volviste,
¡qué alegre me sería este domingo triste!
José Ángel Buesa
Uno aprende que lo imprescindible
no eran los libros
no eran los discos
no eran los gatos
no eran los paraísos en flor
derramándose en las aceras
ni siquiera la luna grande -blanca-
en las ventanas
no era el mar arribando
su rumia rompedora en el malecón
ni los amigos que ya no se ven
ni las calles de la infancia
ni aquel bar donde hacíamos el amor con la mirada.
Lo imprescindible era otra cosa.
Cristina Peri Rossi
No los domésticos,
estratégicamente dispuestos
para que te digan siempre
lo que quieres oír,
sino los otros,
los que no tienen dueño,
los de los bares,
los de los comercios,
los de los vestíbulos de hotel,
esos son los que te dicen la verdad:
que no eres nada, nadie,
en realidad,
solo uno más
que pasaba por allí.
Karmelo C. Iribarren
Quizá fue una hecatombe de esperanzas,
un derrumbe de algún modo previsto,
ah pero mi tristeza solo tuvo un sentido.
Todas mis intuiciones se asomaron
para verme sufrir y por cierto me vieron.
Hasta aquí había hecho y rehecho mis trayectos contigo,
hasta aquí había apostado a inventar la verdad,
pero vos encontraste la manera una manera
tierna y a la vez implacable de desahuciar mi amor.
Con un solo pronostico lo quitaste de los suburbios de tu vida
posible, lo envolviste en nostalgias,
lo cargaste por cuadras y cuadras, y despacito
sin que el aire nocturno lo advirtiera,
ahí nomas lo dejaste a solas con su suerte que no es mucha.
Creo que tenes razón,
la culpa es de uno cuando no enamora,
y no de los pretextos, ni del tiempo.
Hace mucho muchísimo que yo no me enfrentaba como
anoche al espejo, y fue implacable como vos mas no fue tierno.
ahora estoy solo, francamente, solo.
siempre cuesta un poquito empezar a sentirse desgraciado.
Antes de regresar a mis lóbregos cuarteles de
invierno, con los ojos bien secos, por si acaso.
Miro como te vas adentrando en la niebla, y empiezo a recordarte.
Mario Benedetti- La culpa es de uno
Por el huevo roto en el suelo,
por el 5 de julio,
por el pez en la pecera,
por el viejo en la habitación Nº 9,
por el gato sobre el muro.
Por vos mismo,
no por fama
ni por dinero,
tenéis que seguir luchando.
Cuando te haces viejo
disminuye el atractivo,
es más fácil cuando se es joven,
cualquiera puede alcanzar
las alturas algunas que otra vez.
La clave consiste en
resistir.
Cualquier cosa que sirva
para que
esta vida siga bailando
frente a
Doña Muerte.
Charles Bukowski
menéame