Los administrativos no eligen ellos el sistema de citas. Lo hacen los altos cargos.
Por mucho que penséis en que es una conspiración de los administrativos para tocarse los huevos, no es así. Es una decisión de los altos cargos, que con la excusa de la pandemia avanzan hacia lo que siempre ha sido su objetivo: presionar cada vez más al ciudadano para hacer sus trámites online y así poder reducir puestos de empleados públicos, que al jubilarse no se renuevan.
El sistema de cita previa se implementó sobre todo durante la pandemia, y una vez se acabó la pandemia, los altos cargos han decidido dejarlo, porque permite ahorrar personal. Si hay menos gente en la oficina, ya no es necesario renovar la plantilla por jubilaciones.
Como bien dice #128, es muy triste que la rabia no sea hacia los responsables de esto, los altos cargos, sino hacia los funcionarios que atienden al público, que no pueden hacer NADA, literalmente, para cambiar el modelo de atención, ya que al ciudadano le encanta descargar su rabia contra la persona que tiene delante como si fuera responsable de la situación. Os sorprenderíais de la cantidad de funcionarios de ventanilla que están en contra de la cita previa. Primero porque lo ven injusto para el ciudadano, y segundo porque se tienen que comer todas las quejas. Hasta los propios sindicatos de funcionarios se quejan contra el sistema de cita previa.
La manera de cambiar eso es poniendo quejas por escrito. A la gente le encanta despotricar en RRSS o bien insultar al funcionario que les atiende, pero pocos se toman la molestia de escribir una queja dirigida al buzón de quejas. Y es el primer paso, totalmente necesario, para cambiar el modelo.