JaimeObregon

#18 A mí me gusta comer, pero aborrezco cocinar. Me parece una pesadilla: todo el día troceando alimentos y mezclándolos pacientemente… ¡Un auténtico suplicio! Sin embargo, y afortunadamente, conozco personas que disfrutan cocinando. Un amigo incluso ha hecho de ello su profesión: la ejerce con pasión y disfruta con ella. Y mira las letras de colores de la terminal de mi portátil con el mismo gesto de incomprensión con que yo ojeo sus cacharros alrededor de los fogones.

A mí me sucede con los datos como a él con las recetas: cada cosa es un reto apasionante. Y cuanto más desestructurada o caótica parezca mi fuente de datos, mayor es el desafío. «¿Seré yo capaz de hacer esto?», me pregunté cuando hice https://ladonacion.es, https://contratosdecantabria.es o la estructuración del BORME. Para un ingeniero de vocación como soy yo, en el reto está el acicate. Nada le gusta menos a un programador que las tareas repetitivas que han de hacerse manualmente. Por eso está el placer de automatizar, de que la máquina haga lo que al humano le da tedio.

Para mí es como una droga. Creo que siempre he sido un yonqui de eso.

JaimeObregon

#15 Entiendo tu frustración. Pero si todos nos quedamos en el sofá, ganan los malos. A mí no me gusta quejarme ni compadecerme de lo mal que está todo. Prefiero hacer cosas.

JaimeObregon

#19 Esta pregunta me la hacen mucho. Y soy de la opinión de que muchas veces la tecnología es irrelevante. O casi irrelevante. Para mí la tecnología es un instrumento para alcanzar un fin: es el coche con el que me desplazo hasta un destino. Puedes ir más o menos cómodo y más o menos rápido, pero no puedes confundir viaje con destino.

Como tanta gente de los años 80, yo comencé a programar en la EGB con un Spectrum de Sinclair. Ya más mayor abracé el alarde tecnológico que seduce a cualquier joven ingeniero: tecnologías súper recientes y muchas veces inmaduras pero… ¡hey, qué molonas! Ahora, como Zaratustra, he bajado de esa montaña de la sobreingeniería y el hype tecnológico y pontifico el minimalismo asceta, la virtud de la simplicidad y la esencia desnuda de las cosas [1]. Y qué necesario evangelio me parece en esta profesión tan dada a la parafernalia y el efectismo cool.

Mi caja de herramientas tiene solo los estándares web: especificaciones abiertas como web components, JavaScript (ECMAScript 6) y, por supuesto, CSS y HTML. Es el stack que he utilizado en https://ladonacion.es, por ejemplo. No utilizo librerías como React, Vue o Angular; prefiero escribir componentes web nativos. Tampoco empleo apoyos como Lodash ni jQuery. Ni siquiera hay una base de datos detrás: programé un mecanismo para agregar, relacionar y validar ficheros JSON con los que cocino la estructura de datos de la historia del rey emérito.

Siempre que es posible, prefiero aprender una especificación abierta como Shadow DOM, que invertir esfuerzo en estudiar una librería de terceros con la que, al final, vas a acabar haciendo lo mismo. No me considero un talibán tecnológico, pero me siento cómodo con las ideas del movimiento frameworkless [2].

[1] https://github.com/JaimeObregon/jaime.gomezobregon.com/blob/master/README.md#el-manifiesto-un-tributo-a-las-cosas-sencillas
[2] https://www.frameworklessmovement.org

JaimeObregon

#14 Alguien me lo planteó y lo he descartado. Yo me siento más productivo programando, trabajando con datos y diseñando herramientas digitales que permitan a los demás explorar lo que sucede con lo que es de todos. Ahí es donde creo, modestamente, que mi aportación puede ser más valiosa. Mi tiempo y mis recursos son muy limitados, y dedicarme a la formación, aunque fuera solo colateralmente, significaría detraer tiempo y atención de este objetivo.

Todos sabemos que construir herramientas digitales requiere mucho tiempo. Es un trabajo continuo durante meses. Decirle «sí» a impartir alguna suerte de formación significaría decirle «no» a muchas otras cosas que quiero hacer y que pueden tener un impacto más transformador.

Por otra parte, ya he sido profesor en la universidad. Y tras haber pasado por las aulas muchos años sentado en la silla y alguno de pie en la pizarra, creo que hay una inflación de expectativas en torno a la formación. Y que se ha industrializado. Yo echo la vista atrás y a mí nadie me ha enseñado bases de datos, ni a programar. Yo ni siquiera estudié informática: me titulé en la ingeniería técnica de telecomunicación, que son básicamente matemáticas y electrónica. La profesión tecnológica es muy vocacional: una persona con un vivo interés puede aprender hoy en día de manera autónoma cualquiera de sus aspectos.

A mí nunca me gustó ir a clases, y en la universidad iba a muy pocas. Sé que esto puede resultar controvertido, pero es mi experiencia: se aprende leyendo y haciendo, no escuchando. Habiendo ya libros, manuales y comunidades digitales, no veo qué sentido tiene un profesor [1]. Enrico Fermi aprendió desde matemáticas hasta astronomía leyendo un mamotreto de 900 páginas en latín. No tenía profesor ni YouTube, pero sí un apasionado interés por aprender.

(Perdón por haberme enrrollado tanto lol)

kutto

#98 Gracias por tu respuesta Jaime. A mi tampoco me gustaba mucho ir a clases, sobre todo cuando el profesor se dedicaba a leer unas diapositivas que te podías descargar y leer en tu casa.

JaimeObregon

#3 No sé si es una ingenuidad por mi parte escribir esto, pero quiero pensar que nadie tiene necesidad de «callarme». Yo no soy ningún confidente despechado con un oscuro secreto y una manta de la que tirar. Yo trabajo exclusivamente con datos y documentos que son públicos. Que están ahí, al alcance de cualquiera. Ciertamente requiere un esfuerzo y una buena dosis de pericia encontrar las historias que hay escondidas en este océano insondable de los datos públicos. Encontrarlas, aflorarlas y darles visibilidad para que dejen de darse, que es lo que trato de hacer.

Me hago cargo de que esta visibilidad que han adquirido algunas de las historias que he aflorado ha resultado molesta para algunas personas con cargos públicos o responsabilidades políticas. Honestamente, me da igual: por cada uno de esos soliviantados hay noventa y nueve conciudadanos —también dentro de las propias administraciones públicas— que perciben este activismo como una expresión positiva de salud en una sociedad que a veces no da muestras de signos vitales. De salud y de crítica constructiva a las inversiones públicas.

Pero respondo a tu amable pregunta. He recibido un par de llamadas de teléfono incómodas. Una fue de un desconocido y me provocó bastante inquietud. La otra estaba cargada de pretendidos «consejos»: «no te metas en líos…», «aquí nos conocemos todos…», «piensa en el futuro…», «no ganas nada creándote enemigos…» Ambas llamadas me llegaron desde la órbita local, durante los meses en que tuve puesta mi atención en escudriñar exclusivamente los datos de Cantabria. No eran amenazas, pero soy una persona sensible y estuve algunos días afectado. Sin embargo, creo en lo que hago y seguiré haciéndolo mientras me divierta con ello (y no me metan en el maletero de un Dacia 😅).

En cuanto a ofrecerme dinero… Me han ofrecido financiación generosa para orientar mi trabajo en ciertas direcciones alineadas con ideologías políticas o intereses particulares. También me han contactado desde varios partidos políticos para proponerme reuniones o buscar puntos de encuentro. Yo declino cordial pero instantáneamente todas y cada una de estas propuestas cuando vienen de la política, los partidos o sus aledaños. No tengo ningún interés en proporcionar munición a unos para que aticen a otros. Mi trabajo no es eso, ni nada que se le parezca. Nunca me han interesado los partidos políticos y me genera una profunda desconfianza ese sórdido mundo. No digo que sea malo: digo que a mí no me atrae.

D

#96 Gracias por la respuesta, la exposición y sobre todo por la ética que muestras no casandote con nadie para poder seguir haciendo ese trabajo de la forma más independiente posible.

JaimeObregon

#34 Sí. Me han contactado varias empresas. La mayoría de Cantabria, por https://contratosdecantabria.es y mi proyecto actual de alcance nacional, y para agradecerme la iniciativa y proponerme ideas. Un par de empresas bastante grandes me han ofrecido recursos para que siga haciendo esto mismo bien desde dentro de su estructura bien en estrecha comunicación con ellos. Es algo que agradezco pero que he descartado. Me siento más cómodo yendo por libre, como ahora. No estoy buscando empleo; he pasado algunos baches aciagos en la vida y ahora solo me importa pasármelo bien y disfrutar con lo que hago. Si ello además es útil para otros —sean empresas, periodistas, funcionarios o meros ciudadanos como yo—… ¡miel sobre hojuelas!

JaimeObregon

#31 En realidad, mi objetivo no es «vivir de esto». El crowdfunding es importante porque me permite hacer lo que me he propuesto; darle una continuidad en el tiempo a mi trabajo. Y Patreon me permite corresponder con las personas que lo encuentran valioso y ponen algo de dinero para verlo desde más cerca y que pueda seguir haciéndolo.

Pero siempre he tenido muy claro que quiero volver al sector tecnológico. No sé dónde estaré mañana, pero lo que vengo haciendo es para mí una etapa temporal. El crowdfunding me permite dedicar mi atención exclusivamente a mi reto de dar un buen meneo al sector público desde la ciudadanía, con tecnología y ciencia de datos. Y tratar de cubrirme las espaldas si llega alguna demanda y tengo que defenderme en los tribunales. Para mí no es una forma de vida, sino un instrumento para hacer cosas, como lo es mi portátil o JavaScript.

JaimeObregon

#62 ¡Hola! Pues un poco como hemos hablado en #7, #17 y #93. Un abrazo.

JaimeObregon

#4 No. Mi proyecto es muy personal. Lo ejerzo con mi propio nombre y apellido y responde a mis propias curiosidades. Así que soy yo exclusivamente quien determina cuál es el próximo reto. Me siento más cómodo así. Y más libre; qué hermosa palabra. Ni siquiera a los valientes que me apoyan en mi Patreon les pregunto en qué quieren que indague. Es también la forma de mantenerme inmune a una posible utilización partidista o ideológica de mis trabajos.

He investigado y escrito sobre contratación pública, proyectos públicos de digitalización, sistemas de diseño para servicios públicos digitales, el rey emérito y la Casa Real, la relación digital entre administración y administrado, la liberación de los datos mercantiles, la pandemia de las plataformas públicas de comercio electrónico, las «apps» móviles de cientos de ayuntamientos… ¡Uf!, hay tantas cosas interesantes en la galaxia Sector Público que no me hace falta pedir sugerencias .

JaimeObregon

#85 Yo solo he emprendido una empresa. Fue con 23 años, cuando estaba acabando la universidad, y estuve en ella durante 16 años. ¡Y por supuesto que sale en las herramientas que hago! Como cualquier otra, faltaría más. Aquí la tienes: https://contratosdecantabria.es/empresa/qKkYzZAK