Subir impuestos a las rentas más elevadas de un país o a los beneficios empresariales excesivos –que en algunos casos son “extraordinarios”– no es un capricho de determinados economistas de perfil izquierdoso, ni una perversa tendencia en gobiernos progresistas, espoleados por su voracidad recaudatoria. Es un aspecto que se debe afrontar de manera perentoria en política económica, dados los desafíos del inminente futuro. Gobiernos europeos de perfil más liberal y conservador lo están ya abordando.
El año 1989 concluyó con un gigantesco THE END. La caída del muro de Berlín marcó el fin de la guerra fría y la parusía incontestada de la democracia liberal. Anticipándose unos meses a la caída del muro, un oscuro consultor del Pentágono había publicado un artículo en el que afirmaba que la universalización del modelo democrático de occidente suponía el punto final en la evolución ideológica de la humanidad. O dicho en términos más amplios, el mundo asistía al “fin de la Historia”.
Una vez más me ha ocurrido, con esto de pensar en artículos para Vicisitud y Sordidez, que hay conceptos o historias que pienso que todo el mundo conoce, pero que luego en el día a día me veo repitiendo más que una cena de Taco Bell. Esos momentos en los que empiezas a hablar con mucho cuidado de algo que crees obvio con un triple pánico:
Estados Unidos apoyará el asiento del régimen de "Kampuchea democrática" de Pol Pot en las Naciones Unidas nuevamente este año a pesar de su abominable historial en materia de derechos humanos, anunció ayer el secretario de Estado Edmund S. Muskie. En una conferencia de prensa, Muskie dijo que la decisión de Estados Unidos, objeto de especulaciones y controversias en el país y en el extranjero, se tomó a instancias de los aliados del sudeste asiático y después de "sondeos diplomáticos cuidadosos".
Existe un intento de encontrar un único gráfico que capture el estancamiento de la situación económica de los estadounidenses. Gracias a @DBrumus en Twitter, creo que he encontrado un ganador. [...] En pocas palabras, estos empleados, que representan la gran mayoría en el país (Esencialmente: trabajadores del sector privado que no son supervisores o supervisores que trabajan en producción), no se han vuelto más ricos en términos reales en 55 años.
Después de una larga demora por covid, mi artículo, "La prehistoria del negacionismo del Holocausto en USA" finalmente se publica en la revista American Jewish History. Es parte de una edición doble especial sobre el antisemitismo estadounidense. La lista de autores es distinguida y me siento honrado y encantado de encontrarme en su compañía.
El pasado lunes 2 de diciembre salió en Tercera Cultura una referencia a mi libro Economía y Pseudociencia con varios extractos. Uno de ellos se refería a la escuela austriaca de economía. En él se hacían varias preguntas pertinentes para saber si tal escuela es o no pseudocientífica. A estas preguntas responde Juan Ramón Rallo en su blog. Parece satisfacer a los austriacos, pero miremos bien qué se pregunta y qué se responde. Hoy comentaré sobre las tres primeras preguntas y en una entrada posterior continuaré con el resto...
Algunas verdades son tan incómodas que el que las pronuncia corre el riesgo de ser acusado de condonarlas, apoyarlas o de usarlas para desarrollos lógicos tenebrosos e inmorales. Vale. Ucrania no es soberana.El soberano es el que ejerce la autoridad suprema e independiente. La soberanía de un estado, cuando existe, es un hecho: no hay que reconocerla, no hay que enfatizarla, no hay que reclamarla. No es necesario. Ucrania demostró que no era soberana dentro de sus fronteras en su configuración estatal, su gobierno, al demostrar estar rota en dos ante el viraje de última hora de Yanukovich (por inmoral que a uno le parezca, no era más grave que la traición de Felipito con la OTAN). El estado no fue soberano a través de su gobierno, pero incluso personalizado en la “voluntad popular” de la Revolución de la Dignidad, el pueblo, tampoco. Mientras en el oeste echaban a Yanukovich, en el este se levantaban contra la violación de la que creían era su soberanía. Tampoco ellos fueron soberanos. Ucrania demostró no poder ejercer su voluntad dentro de sus fronteras. Y por supuesto, contando con la intervención de potencias extrajeras defendiendo sus intereses. A través del conocido Soft Power de unos, y el viejo Puño de Hierro del otro.Pero, pero, pero Johnny… ¿No estás de acuerdo en que Ucrania tiene derecho a ser soberana? Mezclamos conceptos. No hay órgano superior a las naciones que vele por el cumplimiento de unas leyes planetarias. No hay derecho sin una tercera parte que garantice el cumplimiento de unas reglas y la defensa de los intereses del más débil. Lo siento mucho, mientras estos no hagan acto de presencia eso es metafísica. La soberanía de una nación sólo existe en continua alineación y desalineación con las soberanías de otras.Pero, pero, pero Johnny… ¿Acaso España es soberana, cuando moldea su diplomacia según los designios de otras naciones más poderosas? El poder ejercer la soberanía no implica que no afecte al equilibrio con otros estados, y que pueda conllevar represalias de parte de estos. Pero nada indica que como nación no puedan aceptarse esas represalias. Aquí decidimos ceder, en Irán no. Pero lo decidimos. Podemos decidirlo. Si en algún momento se pierde esa capacidad de ejercer la soberanía, por definición, dejaremos de ser soberanos.Pero, pero, pero Johnny… ¿Estás condonando acaso que otra nación imponga su soberanía sobre otro grupo de personas? Que las cosas sean así, no quiere decir que me gusten. Tampoco me gusta que la cocaína sea adictiva. Ni que la juventud se termine tan pronto. Lo que hubiera deseado para los habitantes ucranianos en primera instancia es que la nación hubiera sido soberana, empezando por las relaciones entre grupos políticos, etnias, clases, etc; en un proceso que no hubiera supuesto enormes dramas como la guerra civil que se vino desarrollando desde 2014. Y en segundo lugar, que hubiese sido soberana frente a otras naciones: Que según su sistema de gobierno, Occidente hubiera respetado la decisión de Yanukovich (por supuesto una traición a su electorado), que tal como estaba configurado políticamente el estado Ucraniano era el ejercicio de la soberanía. Y que Rusia hubiera respetado la integridad territorial de Ucrania, sobre todo por la cantidad de vidas que supone la agresión. No es un deseo distinto que el que albergo para mí mismo: vivir en una nación soberana, y que como clase mayoritaria los trabajadores sean los que ostenten esa soberanía. Como decía uno que yo me sé, “La clase obrera, para poder luchar, tiene que organizarse como clase en su propio país. En este sentido, su lucha de clase es nacional […]”.¿Y por qué diantres me he levantado con ganas de expresar esto? Porque si consumo cocaína, tendré que aceptar las consecuencias y saber qué riesgos conlleva para saber cómo actuar; no mentirme a mí mismo ignorando sus efectos. Porque si la juventud se termina, más me vale disfrutar ahora de las energías físicas y mentales que me quedan para garantizarme unos buenos recuerdos y una buena vida en la siguiente etapa; no malgastarla como si fuera a durar toda la vida. Porque entender cómo las naciones están en continuo antagonismo nos ayuda a juzgar si las justificaciones que nos ofrecen para actuar en nuestro nombre tienen sentido. Tragar poesía fantasiosa sólo nos convierte en adictos al infantilismo.Pero, pero, pero Johnny… ¡Putinejo!Vale.
Una vez más, los "expertos" occidentales pronostican una crisis financiera en China. "China se tambalea", dice un comentarista; otro afirma que "una bomba de deuda está a punto de explotar". Estos supuestos Casandras consideran que la desaparición de China se producirá por el estallido de la burbuja inmobiliaria, el excesivo endeudamiento y el hundimiento de la economía debido a la "terrible" política de "cero-COVID" del gobierno, que mantiene a partes del país en un bloqueo permanente.
[...] Porque los obreros, los obreros industriales de verdad, los de mono azul y casco de plástico reforzado, de sobra resulta sabido, no votan a Sanders. Y es que los obreros de allí, al igual que la mayoría de los europeos, ya hace muchos años que no apoyan a ningún candidato al que se asocie con la izquierda. Bien al contrario, los obreros americanos se alinean hoy, y también como ocurre con sus congéneres en tantos rincones de Europa, con la derecha más extrema.
Las cifras desestacionalizadas señalan que la creación del empleo fue modesta (0,6% trimestral), pero las horas trabajadas aumentaron (1,1%) y las tasas de desempleo y temporalidad cayeron (12,4% y 22,5%, respectivamente) https://t.co/3rlaPJjeYD @BBVAResearch https://t.co/cgiFp3leeS
[...] queda claro es que este proceso económico es profundamente desconocido en cuanto a su naturaleza. Y no solo entre legos de la economía. Por ejemplo, nada más iniciarse hace ya un año, muchos quisieron ver una estanflación donde no lo había.
Chico de equipo,tipo de fiar.Todos estamos en el mismo barco.Todos tenemos que apechugar.Y tras la arenga breve, el jefeviaja a un paraíso de palmeras.Y tu te quedas solo, mongolo.¡A remar a galeras!Todos en el mismo barco.Unos marcan el ritmo en el tambor,otros reman al ritmo del señor.Mongolo, ¡a remar a galeras!
Ni soy tu papi, ni has sido mala, ni te voy a castigar.Ni te voy a dar más fuerte, ni quiero palabra clave de seguridad.Yo lo que quisiera es que me miraras a los ojos, como yo te miro a ti al follar.