#2 Si, es muy esclarecedor de lo brutalmente equivocado que está este hombre. Empieza su argumentación soltando una perla --"tanto el número como el porcentaje de trabajadores en la mayoría de países capitalistas desarrollados han ido creciendo"-- lo cual es rotundamente falso, ha crecido el número (aumenta mucho la población global) pero la proporción disminuye, y se basa en esta flagrante mentira para fundamentar la miga de su discurso. Dice que el aumento de la productividad tecnológico "se puedan dedicar a inversión de nuevo para crear empleo", como si con "poder" fuera suficiente y en la cruda realidad el aumento de la productividad no se lo llevaran casi siempre los dueños de los medios de producción (los dueños de las máquinas). De todas formas aunque los beneficios de las máquinas se lo quedaran los trabajadores no significa que esos trabajadores vayan a crear nuevos empleos ni mucho menos significa que esos hipotéticos nuevos empleos no los puedan realizar otras máquinas con lo que todo su maravilloso "argumento" es una falacia monumental. Dice que el tiempo de trabajo no depende de la tecnología sino de lo que denomina "la fuerza del mundo del trabajo", como si por mucha fuerza que tuvieran los trabajadores la gente podría trabajar menos teniendo que recoger millones de hectáreas de cereales a mano, por ejemplo. Compara la proporción de gente que trabaja en servicios públicos en espuña con la de Suecia, como si ambos estados fueran comparables, como si el nivel de industrialización y desarrollo tecnológico fuera el mismo, como si Suecia no se beneficiara de esa industrialización y de la miseria que provoca la extracción de recursos naturales en países subdesarrollados, que sustenta precisamente la riqueza de países como Suecia. Se le olvida mencionar al querido Navarro que precisamente Suecia es uno de los países con la jornada laboral media mas corta del mundo. Tampoco se da cuenta el lince este que precisamente a mayor nivel de automatización y desarrollo tecnológico la carga de trabajo se va desplazando a servicios sociales que es uno de los nichos donde aún la automatización no ha podido sustituir muchos puestos de trabajo (aunque es cuestión de tiempo que desaparezcan las escuelas, el diagnóstico de enfermedades se haga online e incluso le cirugía la hagan robots). Está visiblemente obsesionado el amigo Navarro con que Milton Friedman hablara ya hace medio siglo de desempleo tecnológico y ese parece ser el quid de la cuestión de su cerrazón. Como Friedman era un liberal recalcitrante automáticamente todo lo que dijera tiene que ser un error. Ocurre simplemente que Friedman acertaba en la visión del desempleo tecnológico pero fallaba estrepitosamente en las recetas para afrontarlo. La miopía galopante de este hombre es para mearse de risa, por no llorar. Pero bueno, es natural, es un "economista", discípulo de una pseudociencia que tiene la misma credibilidad que pinocho y la misma capacidad de predicción que un chimpancé con una baraja de tarot.
Vale la pena leer el artículo, lo veo muy esclarecedor.