#1 Justo has puesto dos ejemplos que ni van ni vienen.
¿Cuanto dinero de sanidad pública acaba trasladada a clínicas y hospitales privados en cada comunidad?
Ahí es donde está el agujero, no en una consulta telefónica para pedir una puta receta.
Cualquier día sumo los judíos que salvaron entre todos los que salvaron judíos y termino en la cárcel por saber sumar.
#1 se les paga para que los maten dos kilómetros más atrás.
#3 yo preferiría matar pobres. Hay más y se defienden menos
#28 pero tienes que matar miles de pobres para compensar 1 solo rico.
Es mucho más trabajo
Prohibido para todos.
Al que interese, se le tolera. Y al que no, pues no se le tolera.
#5 tu vas genial de derecho pero fatal de estadística.
Sabes lo que es una variable representativa?
#44 kaufe nicht bei Juden...
Te suena?
La idea es la misma
Y qué?
O es que acaso queréis vivir para siempre?
Pero alguien piensa en serio que los hombres quieren que las chicas tengan miedo y no salgan de fiesta?
En serio?
#20 Al final es lo que va a ocurrir, que las chicas van a dejar de salir de fiesta por culpa de 4 tontos que van de graciosillos y los miles de tontos que se rien de las chicas a las que asustan con sus tonterias: España, ese país donde ya no podréis follar si no es pagando (y los precios subirán bastante).
#22 Eso no va a pasar. Ahora hay histeria por los pinchazos, la histeria pasará o pillaran a algún pardillo que pagara el pato y saldrá en todas las teles en forma de escarmiento nacional y a otra cosa.
#3 qué propones hacer con los israelíes?
Curiosidad...
#25 Queda claro, los DDHH, las vidas, todas esas cosas... Te importan UNA MIERDA, si el agresor te cae bien tiene derecho a masacrar a quien quiera y es justo y necesario, si no, son cómplices de la barbarie.
Los USA que tal, cuando empezamos a perseguir a sus ciudadanos por los crímenes de sus gobiernos?
Los caballos del Tiovivo también creen que van a alguna parte.A. Seyss-Inquart
La pensión media pasaría de 1.194,9 euros mensuales a 1.224,7 euros en 14 pagas
Cultivo una rosa blancaen junio como en eneropara el amigo sinceroque me da su mano franca.Y para el cruel que me arrancael corazón con que vivo,cardo ni ortiga cultivo;cultivo una rosa blanca.José Martí.
El físico leonés advierte de las consecuencias de la Transición Energética tal y como está planteada por los políticos. "Es ineficiente e inviable", asegura. Y también alerta de las consecuencias de la invasión de los molinos de viento en las montañas "con camiones, caminos y construcciones de hormigón" y los espejos solares en los campos, "que aumentan notablemente la temperatura local" y sus residuos "que pueden tardar siglos en recuperarse y ser altamente tóxicos".
Bridge City Sinners - St. James Infirmary. Versión folk americana de una conocida canción tradicional inglesa.
La gente tiene miedo y no consume. No sirve de nada intentar reactivar la economía mientras la gente prefiera quedarse en casa. No sirve de nada intentar otra cosa que no sea acabar con la pandemia para, en perfecta seguridad, seguir cada cual con su vida. Suena bonito. Suena filantrópico. Suena a conversación infantil en una guardería.Pero hay más maneras de que el miedo desaparezca, y sin necesidad de actos heroicos ni arranques de bravura.Para quitarle el miedo a la gente no hay como una buena suspensión de pagos. Se deja de pagar los sueldos a los funcionarios, se dejan de pagar las pensiones a los jubilados, y entonces, de pronto, ya no sólo le deja de tener miedo al virus sino que dejan de tenerle miedo a la Policía y al garrote del vecino.Si en vez de cerrar los ayuntamientos y las escuelas cerrasen los supermercados, entonces razonaríamos todos de otro modo y el virus pasaría a ser un problema de segunda división.Porque funcionamos así: la salud es lo primero. La economía puede esperar. Y razonamos así porque no falta de nada. Otros dan la cara. Otros están en la calle. Otros vigilan, conducen las ambulancias y reparten las pizzas y los paquetes de Amazon. Pero no seríamos tan humanitarios si no hubiese nada en las estanterías del super, si no saliese agua cuando abrimos el grifo, si no se encendiese la luz al accionar el interruptor y no funcionase internet.Entonces ya diríamos que el virus no es tan grave, que el porcentaje de los que mueren no es tan alto y que estamos exagerando.Lo que pasa es que, como la ruina viene a cámara lenta, pensamos que la salud es lo primero y que la economía es una gráfica que publica Bloomberg para los locos de Wall Street y las pirañas del IBEX.Mientras los agricultores recojan sus cosechas y todo funcione, habrá miedito a salir. Mientras haya médicos, policías, maestros, transportistas, repartidores, técnicos de mantenimiento, farmacéuticos, barrenderos, basureros, cajeros, encargados de gasolineras, conductores de metro y autobús, almacenistas y reponedores, se puede tener miedo y quedarse en casa, como amebas acojonadas.Pero esperad a que haya un apagón o dos semanas sin nada en el supermercado, y veréis lo importante que es realmente el virus. Veréis entonces lo que es realmente la economía.Entre tanto, a disfrutar de la ficción de que cada vida humana tiene un valor infinito. Ya vendrá la contabilidad a enseñaros a hostias.
Ese es el concepto clave: convivir con el virus. Es inútil seguir discutiendo si debe ir antes la salud o la economía, o cuándo saldrá la luz la vacuna y quienes deben tener acceso prioritario a ella.No va a haber milagros. No se van a acortar los tiempos. No van a desaparecer la enfermedad ni la necesidad de trabajar, ni el deseo de divertirse, ni la voluntad de compartir la vida con los seres queridos.Los que no quieren morir al contado no pueden imponer al resto una muerte a plazos. Y tampoco es aceptable lo contrario.Hay que aprender a convivir con la pandemia. Medir y aceptar riesgos. Medir y aceptar sacrificios. Aprender a caminar junto al acantilado y superar el vértigo.Porque no habrá atajos ni milagros, porque habrá rebrotes y nuevas oleadas, porque tantas consecuencias tiene encerrarse como no hacerlo y el temor puede, por muchos motivos, ser más letal que el propio virus.En cualquier guerra, el porcentaje de bajas siempre es mayor entre los desertores que entre los combatientes. Cualquier historiador lo sabe.Porque el miedo es libre, sí, pero no es gratis.
Hasta ahora se ha dejado el tema de los recursos en manos del ahorro de los consumidores, pero es necesario plantearse la no fabricación de productos duplicados o inútiles
Todos lo sabemos : si alguien ocupa tu casa no puedes echarlo a hostias, porque eso sería tomarte la justicia por tu mano y eso es algo que el sistema no tolera. Lo legal es llamar a la policía, denunciar, y que se inicie el proceso legal que corresponda.Si ves que un tipo le está pegando a su novia en la calle, no puedes meterte. Llama a la policía. Si le pegas al tipo te condenarán a ti, porque te has tomado la justicia por tu mano.Si entran a robar a tu casa, no le sacudas un garrotazo al ladrón, porque eso es tomarte la justicia por tu mano y te condenarán a ti.El concepto está claro.Pues si vas por la calle sin mascarilla y alguien te increpa, te llama irresponsable o te insulta, llama a la policía y denuncialo por acoso, coacción o insultos. Porque no es quien para decirte nada, porque no es autoridad pública, porque es sólo uno más de los que pretenden tomarse la justicia por su mano. Y hemos quedado en que no se permite ese supuesto.Sin malos modos. Sin discusiones. Si es policía acata sus instrucciones y, si no lo es, llama a la policía y denúncialo. Que se identifique, que declare, que explique quién le ha dado la autoridad para velar por el cumplimiento de la ley.Si te denuncian, acepta las consecuencias de tus actos, pero si un mierda cualquiera se siente revestido de una autoridad que no tiene, no lo permitas.A tomar por culo con la gestapillo casera de las beatas y la Stasi de churreria.O eso, o empezamos todos a ser policías, fiscales y jueces cuando mejor nos convenga.
Había una vez, en el país de los dignos, donde el lenguaje de signos se componía con las bolas, un gran líder feminista que se las follaba a todas.Lo suyo era evitar que las mujeres se convirtieran en juguetes de placeres, así que procuraba correrse en ellas de oficio, sin gusto ni beneficio, de manera desinteresada, altruista, bondadosa y siempre respetuosa.Ellas, en cambio, arreboladas, se sentían muy dignamente marcadas por tan tierno hierro alfa, y mostraban su divisa en las asambleas, donde al margen de peleas, cada empujón se canjeaba por un voto y por un ascenso cada temblor de escroto. Las más diestras, no siniestras, aprendieron a canjear esos lodos por puntos, aunque fuesen suspensivos, los puntos por comas, aunque fueran invasivas, las comas por paréntesis en los estatutos del partido, aunque no tuvieran sentido, y los paréntesis por cabezas de ventaja, en las listas o en la caja, y aun dicen que por ministerios quienes conocen tales misterios.Y así llego la paz y concluyó el pugilato: todo era al fin relato, cuestión semántica o seméntica, apodíctica y genial que ya a nadie más extraña, y donde otros precisaban la Apostilla de la Haya, sin teatro y sin tramoya, les bastaba a ellas la Apostilla de la Polla.Y así fue como al final, como en cualquier buen corral, el primer gallo echó a otros gallos y celebró la multiplicación de las gallinas. El pato cojo no era rival, así que pudo conservar su charco y mear en sus esquinas.Y de entonces para acá, la moda se hizo tendencia y sin rencor ni violencia hasta Gramsci refrendó el procedimiento: todo el mundo está contento. Si se puede protestar contra el machismo con la agitación mamaria sin vergüenza ni bochorno, ¿por qué no luchar por la igualdad haciéndose alisar las arrugas del coño?-La arruga es bella, compañeras- les dijeron las beatas pioneras.Pero ahí ya no hubo caso. No hubo modo ni manera de que una fea llegara ni al congreso ni al senado. Quien conserva sus arrugas las canjea por verrugas. Ese era el nuevo lema que se hizo directriz. Y digo bien directriz, porque para ser director hacía falta un poco más.Un buen rabo, me dirás.Quizás, quizás... Y colorín colorado, desde el rojo hasta el morado, este cuento no ha acabado.
Llevo leyendo unos días los comentarios sobre el tema de la renta mínima, la posibilidad de que se ofrezca a cambio de algún tipo de trabajo y las condiciones de esos trabajos, y no salgo de mi asombro. A ver si nos queda claro: alguna gente no trabaja porque no puede y otra no trabaja porque no quiere. Y tan legítimo es lo uno como lo otro. Y no querer trabajar no te priva de tus derechos ciudadanos, ni del derecho al voto, ni del derecho a recibir una ayuda si estás en estado de pobreza. Si no quieres trabajar, pues no trabajas. Y si eres pobre, hay que ayudarte. Nos guste o no. Entrar en cuestiones morales es como decir que a quien se accidenta por exceso de velocidad no se le atiende, o al que fuma, o al que bebe, o al que se alimenta de comida de mierda. La gente tiene todo el derecho del mundo a tomar malas decisiones a costa de los demás.Trabajar es un derecho, pero no una obligación. Y si prefieres vivir de la sociedad estás en tu completo derecho. El artículo 35 de la Constitución es una anacronismo que hay que combatir, porque tiene más raíces morales que materiales.“Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo.” Lo habéis leído, ¿verdad? Pues decidme qué parte se cumple como para invocar esa obligación.Yo prefiero ayudar al que no prefiere trabajar que al que trabaja y malvive.
Ya está bien de aplausos y sólo aplausos. Ya está bien de que unos asuman riesgos para mantener en pie nuestra sociedad y otros se llenen la boca hablando de prudencia, responsabilidad y buen rollo, pero sin salir de casa.Propongo un impuesto al miedo. Un impuesto solidario: que los que se quedan en casa entreguen una parte de su salario a los que dan la cara y asumen el riesgo. Hay que pagar más al personal sanitario, a los policías y a los cajeros de supermercado, y eso tiene que salir de los bolsillos de los administrativos sin papeles, de los jardineros sin jardines y de los jefes de negociado sin negociado.Que los resguardados paguen a los que dan la cara. Que si llega la hora de reabrir los colegios y se hace de manera mixta, que los profesores que se quedan en casa para dar clases por videoconferencia entreguen una parte de su salario a sus compañeros que se arriesgan al contagio, presencialmente, y lidian con los críos. Que los pensionistas paguen a los activos. Que los conserjes sin conserjería paguen a los barrenderos que desinfectan nuestras calles. Que se acabe ya, de una vez, esa hipocresía de aplaudir desde casa, de pedir prudencia y de vestir de seda el miedo.El miedo es libre, pero no puede ser gratis.
En un sistema cualquiera, y más en un sistema cerrado como es un planeta, la explosión demográfica de un organismo cualquiera se frena cortando o limitando los recursos a ese organismo en crecimiento descontrolado.Se puede observar en una placa petri, una cuba, o en el sistema que se prefiera.Si hay un organismo que, por el motivo que sea, tiene la habilidad de utilizar todos los recursos disponibles para multiplicarse, sólo hay dos soluciones posibles: la fumigación, o la restricción de recursos.Con la especie humana, de momento, no soy partidaria de la fumigación.Sin embargo, tampoco puedo serlo de la cesión de recursos a quienes quieren seguir multiplicando descontroladamente su población. Por ello, cuanto más leo que hay que pasarse a la vida vegetariana por el enorme consumo de recursos que supone la producción de carne, más me convenzo de que hay que comer carne para privar de esos recursos a los que los utilizarían para aumentar su población. Cada vaca que engordamos aquí son muchos platos de arroz que no llegan a lugares donde lo normal es duplicar su población cada 25 años. Cada cerdo son muchos niños que no nacen. Y esos niños querrán luego vestirse, beber agua y tener una nevera. Y lo veo justo, pero tenemos que ser menos.Defender el planeta pasa por aliviarlo de su inmensa carga humana, y para ello, sin fumigaciones, hay que retirar antes que nada el agar de la placa petri. Por supuesto, los liberales y los individualistas dirán que estoy loca o cosas peores, pero si pensamos en conjunto, como sociedad o como especie, no puede ser de otro modo.
Esta estadística muestra la población extranjera residente en España en el año 2019, desglosada por nacionalidad.
Un equipo de científicos de la Universidad de Harvard ha hecho un descubrimiento único: una extraña cultura desconocida. Solo unos años después de hallar Shum Laka,
Además de con dinero, la sanidad se arregla evitando estupideces.
¿Cuántos millones de consultas se gastan al año con la nueva estupidez de exigir receta para cualquier cosa?
¿Cuántos recursos se nos van en darle amoxicilina a gente con un dolor de garganta?
Primero lo complicamos todo y luego pedimos más dinero...