#5 Esas asociaciones buscan facturar en positivo, se autofinancian y si una donación les va a generar pérdida intentan no aceptarla. Pero para que sea el caso, y hablando de lo que conozco, la cota suele estar en enciclopedias desfasadas o antiquísimas colecciones tipo Salvat.
Saben que de aceptar esas donaciones acabarán en un centro de reciclado, que también les genera retorno pero no suele cubrir el transporte, así que indican al usuario que lo lleve él mismo.
De todos modos estamos hablando de lo que tristemente cualquiera llamaría basura y que nadie cogería aunque lo encontrara en un container. Libros con 30 o 40 años tipo austral, libros en lengua no castellana, cómics en grapa, tapas blandas de gasolinera y un sin fin más de "bosta" lo suelen aceptar y lo consiguen colocar. No ya en sus tiendas de cara al público (que solo llega lo "mejor") sino en almacenes a la espera de colocarlos al por mayor a libreros de segunda mano, etc.
De esta última parte sé menos en detalle y, cómo ya he dicho, solo hablo de lo que conozco. Hasta qué punto es extrapolable al resto de España no lo sé pero sí sé que los libros viejos, incluso al peso, es algo de lo que se puede sacar beneficio y se hace, dejando a un lado la idea romántica de darles una segunda vida (de lo que también hay parte).
"Para decirlo brevemente, las democracias frívolas no carecen de armas para afrontar el futuro; en el presente disponen de recursos inestimables, aunque éstos sean poco espectaculares o no mesurables, a saber, un «material» humano más flexible de lo que se piensa, que ha integrado la legitimidad del cambio, que ha renunciado a las visiones maniqueo-revolucionarias del mundo. Bajo el reinado de la moda las democracias disfrutan de un consenso universal respecto a sus instituciones políticas, los maximalismos declinan en beneficio del pragmatismo, el espíritu de empresa y de beneficio ha sustituido al hechizo profético."
El fragmento es de un libro que leí hace años. Básicamente establecía una relación entre la frivolidad y la pasividad ciudadana y los justificaba, en parte, a los modelos de consumo actuales. Los valoraba en positivo, cómo algo que hacía a las sociedades más adaptables y resilientes a las crisis y los cambios.
Lo aporto como otro punto de vista a por qué estas sociedades complacientes parecen estar imponiéndose.
Por un lado crítica el buenísimo ilustrado y por otro que dominen los dramas sociales. Echa mano de nostalgia de los tiempos del comercialismo desenfadado trazando la línea en 2016 cuando en ese tiempo Disney sembró el terror abriendo el melón de una nominación a blockbusters con black panther.
Serán las horas que hacen que no de más de si mi compresión lectora pero lo único que veo es el escozor de siempre ante el discurso progre, que es quintaesencia del desfile de palmaditas en la espalda que son los Óscar.
Y sí, me ha quedado claro que estos Óscar han sido un tostón pero eso no es lugar a tanta crítica.
#15 En origen era al contrario. El cliché eran ciudadanos modélicos comportándose de forma excelente en ese tipo de situaciones. De hecho el señor de las moscas surgió como contrapunto a ello.
A mí tampoco me parecen comparables el suceso y el relato pero eso no hace menos interesante el primero ni más probable el segundo.
#21 Para más información, léase a Yuval Noah Harari.
De todos modos las creencias son normativas y sujetas a ciertas reglas. Para este ejemplo concreto el reconocimiento legal e internacional, que es lo que se está discutiendo.
#190 Dándose casos exactos al ejemplo al que contestaba, me sorprendería mucho lo contario.
De todos modos la urbanización de Madrid no es algo del pasado, es algo que sigue vivo y evolucionando día a día. La imagen de ostracismo urbanístico y flexibilidad nula es cosa del centro, por eso cada vez se mira más al extrarradio y aún por esas se sigue padeciendo de los mismo problemas crónicos como la especulación o la gentrificacion entre otros.
#9 La esclavitud, entendida en marcos temporales y geográficos concretos, aportaba unas condiciones de vida similares a las de las clases obreras actuales.
De todos modos la raíz de que esa reflexión sea popular hoy día está en fuentes tan fidedignas como citas de canción de hielo fuego así que no seré yo quien defienda ese argumento.
Saben que de aceptar esas donaciones acabarán en un centro de reciclado, que también les genera retorno pero no suele cubrir el transporte, así que indican al usuario que lo lleve él mismo.
De todos modos estamos hablando de lo que tristemente cualquiera llamaría basura y que nadie cogería aunque lo encontrara en un container. Libros con 30 o 40 años tipo austral, libros en lengua no castellana, cómics en grapa, tapas blandas de gasolinera y un sin fin más de "bosta" lo suelen aceptar y lo consiguen colocar. No ya en sus tiendas de cara al público (que solo llega lo "mejor") sino en almacenes a la espera de colocarlos al por mayor a libreros de segunda mano, etc.
De esta última parte sé menos en detalle y, cómo ya he dicho, solo hablo de lo que conozco. Hasta qué punto es extrapolable al resto de España no lo sé pero sí sé que los libros viejos, incluso al peso, es algo de lo que se puede sacar beneficio y se hace, dejando a un lado la idea romántica de darles una segunda vida (de lo que también hay parte).