Con este movimiento parlamentario, el Ejecutivo —que ha contado con el apoyo todos los grupos salvo PP y Junts, que se abstuvieron, y Vox, que lo rechazó— consigue poner fin al debate y confrontación por la tributación del SMI tras la última subida de esta nómina. La reforma, impulsada por PSOE, Sumar y el BNG, establece deducciones fiscales para trabajadores cuyos ingresos anuales no superen los 18.276 euros. Así, con esta modificación, quienes perciban menos del SMI (16.576 euros) podrán deducirse 340 euros.