Mientras nos presentan las lenguas cooficiales como una amenaza, nos ocultan el diccionario bilingüe Ultraderecha/Persona de bien y nos van metiendo el idioma facha con la neutralidad del tono del telediario, con la alegría de los programas de sobremesa, con la suavidad de una caricia de Ferreras. Hace un tiempo, Abascal se refirió al macho ibérico, con el que claramente se identifica. Dijo que las feministas cambiaremos al macho ibérico por el macho magrebí; se ve que, en su idioma, el uno es bueno y en el otro es malo.