@antes No encuentro nada, me rindo, vuelvo a la estación, y pillo algo en las máquinas de vending, no está demasiado bueno, pero por algún milagro no me intoxica, y me quita el hambre.
Un buen rato después, pero aún demasiado temprano para que nada esté abierto, me vuelvo a cruzar con ese hombre, me reconoce, y ..... ¡me ofrece un bocadillo!
Le digo como puedo que no hace falta, que ya he pillado algo en las máquinas expendedoras, y se lo agradezco.
Pero me quedo con que un hombre vio a un tipo enorme en la estación de autobuses de Alicante, y que aunque no lo conocía, como creía que seguía hambriento le ofreció un bocadillo.
Sé que es una chorrada, pero me da esperanzas en que este mundo no está jodido del todo
Siempre del lado de la justicia. "Serán genocidas pero son nuestros genocidas".