#2 Resumes perfectamente la actitud a tomar en tu último párrafo. Yo añadiría: mientras no me toque de cerca. Porque, como ciudadanos, no somos más que meros expectadores y poco o nada podemos hacer para prevenir este tipo de cosas, así que, ¿para qué angustiarse?
La pena es una de las cosas que dice la vecina:
"Es que es de locos, yo a mi hijo siempre le digo que deje el móvil y se vaya a jugar a la calle, pero ¿qué le digo ahora?", se preguntaba otra vecina antes de conocerse la detención.
Y así es como uno se siente como padre. Si dejo que mis hijos se queden en casa jugando al móvil/consola todo el día, sé que lo estoy haciendo mal como padre, pero al menos están a salvo (que es la prioridad). Si les dejo salir solos, se exponen a que pasen estas cosas. Al final, el miedo es un lastre para tomar decisiones y este tipo de noticias suelen tener una gran difusión y nos hacen sentir que eso le puede pasar a cualquiera y entramos en un bucle en el que acabamos privando a nuestros hijos de una infancia sana y libre de preocupaciones.
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Es un problema muy grave. Personas que no pueden vivir solas, pero que tampoco queremos encerrar de por vida y que acaban siendo una carga para su familia, que también acaba resintiéndose bastante a nivel psicológico. Y sin contar el problema añadido de ¿y cuando fallecen los padres? ¿O cuando estos llegan a esa edad en la que son ellos los que tienen que recibir cuidados?
El único cambio legal que se ha hecho en los últimos años es uno para favorecer su autonomía legal y dificultar la toma de medidas restrictivas de libertad contra ellas. Si esto fue una buena o mala idea, es un tema bastante complejo. En mi opinión, si esto no se ve acompañado de grandes ayudas para su autonomía, mala idea. Pero claro, decirlo es capacitismo.
Así que da igual. Total, son casos muy puntuales. Los graves, quiero decir. Los leves no se ven.