Bueno, nada nuevo. Si habéis leído algo de Donna Leone, el pobre de su protagonista, el comisario Brunetti siempre resuelve los casos, pero llega un momento, cuando las ramificaciones del caso tiran hacia arriba, que recibe un toque: ¡Déjalo!
Respecto a Berlusconi, hace poco, hablando con una amiga italiana- antiberlusconi radical-, me dijo, con toda la ironía y el desengaño del mundo que el razonamiento era el siguiente: "Todos los políticos roban, pero Berlusconi robará menos porque ya tiene mucho. Si encima a la gente le prometes mano dura, gana"
Todavía quedan algunos periodistas que lo son, especialmente los corresponsales de guerra -los que no van empotrados en las brigadas yankis, con aire acondicionado y bien protegidos-, pero para mí el prestigio de esta profesión está cayendo en picado: cada vez escriben peor, incluídas faltas de ortografía, (la mitad de los usuarios de menéame escriben mejor que ellos), son más ignorantes y sobre todo están vendidos. Un buen ejemplo es la unanimidad total de toda la prensa con el tema del referendum irlandés.
Por otro lado, que la profesión de Georgina Higueras -por poner un ejemplo- sea la misma que la de los carroñeros de los programas del corazón, es una muestra de la pobreza del lenguaje - que los periodistas fomentan-.