#2 a Mi me difamaron, fui a salud mental y como no me ayudo la siquiatra qe me atendia y solo me daba pastis
deje d ir y la tipa me puso un tratamiento externo sin mi consentimiento
ni conocimiento :
¡ era mas difamacion ! ...y la lleve al juzgado y la echaron d todas partes
Le parecio bien qe yo tuviera criterio para ir a verle pero no para dejar d verle...son ñla nueva inquisiscion...
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el qe me difamo era profe d taichi y tbn sicologo
qe uso el titulo para hacerlo : tbn le gané el juicio
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hoy en dia salvo algunos d la privada, como ls vegetoterapeutas, ls gestalt y ls sicoanalistas , ninguno pasa por el tratamiento qe hará pasar a sus pacientes
de modo qe solo desparraman su ego y al final es una lucha d egos donde uno debe ser anulado cn pastis...
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http://www.galiciapress.es/texto-diario/mostrar/595426/alertan-graves-deficiencias-hospitalizacion-psiquiatrica-chuac
"donde estaba inmovilizada tras serle diagnosticada una patología mental"
Vamos a ver, para realizar un diagnóstico en salud mental se precisa de algo más que una simple visita a urgencias y un psiquiatra de guardia. Y unas horas de nada. Un diagnóstico es algo "serio"(y fulminante, estigmatizante, y reduccionista) y es complicado de realizar, requiere un seguimiento continuo del paciente, y una historia clínica rica de detalles, vivencias, experiencias. Aquí, una vez más los periódicos están confundiendo al lector haciéndole creer que se puede diagnosticar a alguien con una enfermedad mental en unos días en el hospital. También decir que los diagnósticos no suelen ser cerrados y que incluso entre profesionales tienen sus discusiones y emiten diagnósticos contrapuestos. Si asumimos el supuesto de que Andreas se encontraba bajo un brote psicótico (algo muy cuestionable(!)) como mucho se podría anticipar un "trastorno psicótico". Pero nada más. Si permaneces en contención mecánica en el hospital no tienes visitas del psiquiatra, por lo tanto nadie pudo diagnosticarle nada; más ridículo es que en una entrevista de 15 minutos en urgencias se diagnostique algo,...
"la joven padeciera alguna enfermedad orgánica -por ejemplo, una patología cerebral- que no fue identificada por los médicos en el momento de su llegada al hospital ovetense. Otros rumores que circulan apuntan a la posible presencia en su organismo de un agente infeccioso al que tal vez no se le otorgó suficiente importancia. "
" su cuadro clínico fue inmediatamente catalogado como psiquiátrico, sin llevar a cabo mayores indagaciones."
A falta de la autopsia. Aquí vamos a aclarar una cuestión muy habitual en los ambientes de la psiquiatría en España. A los pacientes que están categorizados bajo la etiqueta psiquiátrica NO SE LES HACE CASO. Los cuerdos no hacen caso a los "loquitos", señores. Una vez que les catalogan como un problema psiquiátrico, como a Andreas, nadie te va a escuchar, y tus quejas serán atribuidas a tu supuesto estado alterado de conciencia, a tu supuesta condición de psiquiatrizado, etc. Andreas fue etiquetada con un problema psiquiátrico y no se le realizó ningún otro examen para comprobar su estado de salud. En la planta psiquiátrica, a los pacientes les someten ( a los días) a exámenes médicos como encefalogramas, tacs,... pero a Andreas no le daría tiempo a realizar ninguno. Y lo grave no es que no pudiese realizar esos exámenes médicos, lo grave es que se le etiquetase de primeras como trastornada mental y no se realizase ninguna otra prueba médica o análisis para descartar otro tipo de patología (hipótesis: cardiaca?), más si ella se estaba quejando de otro problema. Cuando tengamos la autopsia veremos si se cometió una negligencia médica. Os voy a poner un ejemplo para que quede la cosa más clara. El tío de un conocido falleció de un cáncer de pulmón con tan solo 50 años. Pues bueno, estaba siguiendo un tratamiento psiquiátrico. Sus quejas sobre su malestar, que le llevaron a perder muchísimos kilos y a sentirse realmente mal, fueron tomadas como "cosinas", quejas de este paciente, sin más importancia. Nadie le hizo caso. Porque a los "locos" nadie los escucha. Ya sabemos cómo acabó. Luego están los psiquiatras que ni conocen el nombre de sus pacientes, pero no sigo porque no acabo. Porque la atención en salud mental es deplorable. Saltándose el consentimiento informado, es decir, la ley. Y utilizando comparaciones infantiles como que la esquizofrenia es como la diabetes. El sistema de salud mental provoca continuas iatrogenias e infantiliza y desempodera a los pacientes con sufrimiento extremo. Cuando se llenen sus centros urbanos y calles principales de pacientes de salud mental en huelga de fármacos, para reclamar sus derechos, van a empezar a sentir miedo, y la situación se les va a ir de las manos, aún más. Porque, en materia de salud mental, el miedo acabará por cambiar de bando. Porque se van a meter por donde les quepa la miseria y el remedio que "ofrecen". Que es gente con 40 años con una pensión por incapacidad de 400€ al mes. Que viven con su anciana madre y que no hace nada en todo el día. Sin planes de futuro y apenas aspiraciones. Apartados y relegados del trabajo, de la sociedad. Porque les han cronificado una enfermedad mental y les lobotomizan con fármacos fuertísimos, como antipsicoticos. Gente que acudía a esos expertos y profesionales para buscar alivio para su dolor. Y, paradójicamente, son esas mismas personas las que te pueden volver a enseñar a amar en un mundo de odio.
Andreas murió como un perro atada a la cama, sola, y mi hipótesis es que estuvo atada todo el fin de semana, cuando menos personal hay en la planta. No se vigiló ni controló adecuadamente a la paciente y alguien debería pagar por ello. Las contenciones mecánicas son una brutalidad extrema que se siguen cometiendo en las plantas de psiquiatría de nuestro país. Seguramente si Andreas no llega a estar atada, o ingresada a la fuerza, no estaríamos lamentándonos ahora mismo.
Señores, este sistema hay que cambiarlo, por eso os pido vuestro apoyo:
https://www.change.org/p/dolors-montserrat-transparencia-y-regulaci%C3%B3n-en-sujeci%C3%B3n-psiqui%C3%A1trica-derechos-humanos-ya
«Lo que ya no conseguía soportar era la "risa", la risa en sí, esa súbita y violenta distorsión de los rasgos que deforman el rostro humano, que lo despoja en un instante de toda dignidad. Si el hombre ríe, si es el único, en el reino animal, que muestra esa atroz deformación facial, es también porque, superando el egoísmo de la naturaleza animal, es el único que ha alcanzado la fase infernal y suprema de la "crueldad"».
“La posibilidad de una isla” (2005), Michel Houellebecq
La contención mecánica es una práctica habitual en los servicios psiquiátricos, completamente legal. La contención mecánica es, en el mejor de los casos, un estrepitoso fracaso asistencial. Buena parte del público sigue olvidando las prácticas psiquiátricas hegemónicas.
"Hay algo intrínsecamente absurdo en lo de coger a personas que están pasando por el peor momento de sus vidas y meterlas a todas juntas en el mismo edificio".
Dr. Mark Salter
Estamos en la realidad, en Oviedo, España los primeros días de mayo de 2017. Hacemos referencia a una propuesta para modificar la Ley General de la Nación que es la Constitución para incorporar las demandas de los "enfermos mentales" en España. Demandas de autonomía, de su derecho a ser ciudadanos como cualquier otro porque, ahora en España, los "enfermos mentales" son ciudadanos de segunda o de tercera clase, o ni siquiera son ciudadanos.