Lo gracioso es que antes la policía solo tenía oportunidad de cometer abusos contra cenetistas, antisistemas, perroflautas, calaña varia y etarras por supuesto, y todas las denuncias asumiamos que eran falsas, intrinsecas a estos violentos.
Pero como ahora las circunstancias han hecho que las porras acaben en ciudadanos de bien, parece que se nos ha colado un monstruo azul sin saber como.
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Cachean un aula de parvulitos y confiscan diez veces más de armas blancas. Y del mismo fabricante.