A pesar del placebo, es un fraude desde el mismo momento en que se presenta como terapia efectiva y completa, que permite "renunciar" a la medicina científica , y además se cobra a precios tres o cuatro o cinco veces más caros que un medicamento real para afecciones similares (hasta 10 euros por un supuesto antiinflamatorio homeopático, frente a los 2 que cuesta el ibuprofeno genérico). Y cuando, por mucho que lo nieguen, se presenta como alternativa efectiva y real para enfermedades graves que ponen en peligro la vida del paciente, ya pasa de fraude a intento de homicidio, o a homicidio si consiguen que el paciente se trague la bola. Si funcionara o no tuviera intenciones dolosas, no necesitaría presentarse como "medicina alternativa": porque la medicina que funciona, sea sintetizando sus principios activos en un laboratorio o recurriendo a plantas medicinales, se llama simplemente medicina, sin más.
Yo soy profesor, y aunque por suerte no me toca trabajar en Murcia (un abrazo a los que se empeñan en seguir trabajando allá contra todo y contra casi todos) si tuviera que enfrentarme a una situación semejante (y puede que tenga que hacerlo: estas cosas suelen crear el "efecto copiamonas") lo tendría claro. Que el niño pase sin mascarilla si él y su papá catedrático de verdadología por internet quieren. Pero que se siente en una aula solo, con el profe de guardia si hace falta, con un dossier de ejercicios y los libros de texto que hagan falta, y que le dé clases su tía la bizca. O que se establezca ya para esta gente el modelo de escolarización en casa al estilo de los yankis, y tenemos como mínimo tres imbéciles menos que aguantar durante el curso: el nene de los cojones y sus putos papis o tutores legales.