Una mujer, que en enero de 2018 prendió fuego a un piso de Reus en cuyo interior había su pareja, tenía una clara intención de asesinar a la misma. Así se recoge en la sentencia dictada por la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Tarragona, que condena a la procesada a siete años y medio de prisión por un delito de asesinato en grado de tentativa, otro de incendio y tres leves de lesiones. Además, durante nueve años no podrá acercarse a menos de 200 metros de la víctima ni comunicarse con ella.
Comentarios
Una MUJER ha sido, pero los malos somos hombres.
Condeno toda violencia venga de donde venga
#1 ah, la equidistancia
#1 todos los que decis eso, siempre remarcais cuando es una mujer
#6 por qué si lo hace un hombre es lo peor de la historia de España, pero si lo hace una mujer aquí no ha pasado nada...
#10 como que no ha pasado nada? Algo le haría el macho opresor o simplemente dice que estaba tarada y listo, adiós condena.
#6 Porque que los hombres podemos ser unos hijosdeputa ya ha quedado claro.
Ahora solo falta el mensaje de que las mujeres pueden ser unas hijasdeputa.
Otra asesina desalmada!!!
Carcel, carcel y carcel!!!
#0 Sé que en el enlace también está mal pero dudo mucho que nadie te vote microbloging por cambiar "en cuyo interior había su pareja" por un "en cuyo interior estaba su pareja".
Se ve que es una mala traducción del catalán.
#4 Que cada uno vote lo que quiera. Esto es Menéame, un lugar libre y con libertad de expresión hasta que te strikean por decir algo que no le mola a los admins.
Parece que se están acercando a la igualdad también en esto...
Claro, porque para remarcarlo cuando es un hombre ya están los medios y algunos partidos.
Cuando la violencia feminista supere a la machista. Entonces ya si será violencia de género...
#9 Sólamente con la chapuza de la LIVG, ya la supera.
#9 Tremendo comentario que sintetiza claramente por dónde van los tiros con esto de la persoectiva de género.
#9 Has sido tú quien ha puesto al mismo nivel las dos palabras machismo y feminismo. Aunque a veces creo que no te equivocas en eso.
Incardinada en el ADN de la masculinidad.