Cuando se habla de violencia doméstica y de género, a menudo surge la necesidad de decir que los hombres asesinados por su pareja son casos excepcionales y prácticamente testimoniales.
Vamos a ver cómo ha ido cambiando la forma de contar a esas personas. Al final hay sorpresa.
Interesante análisis y la conclusión es obvia. Interesa que la cifra mostrada de asesinados sea lo más baja posible para que a nadie se le encienda la bombilla y pueda siquiera sugerir que no tiene sentido una legislación específica sólo para ellas.
No es el único tema donde las estadísticas oficiales. Normalmente, cuando no tienes disponible la metodología, sospecha. En España se salva el INE, que publica las metodologías de todo lo que hace (aunque algunas, cojas) y luego otros organismos, según les sople el viento.
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Interesante análisis y la conclusión es obvia. Interesa que la cifra mostrada de asesinados sea lo más baja posible para que a nadie se le encienda la bombilla y pueda siquiera sugerir que no tiene sentido una legislación específica sólo para ellas.
No es el único tema donde las estadísticas oficiales. Normalmente, cuando no tienes disponible la metodología, sospecha. En España se salva el INE, que publica las metodologías de todo lo que hace (aunque algunas, cojas) y luego otros organismos, según les sople el viento.