En mis 47 años de vida, jamás me he sentido más abrumado y deprimido, a partes iguales, sobre la situación socio-política que estamos viviendo en nuestro país. Durante estos 47 años he aprendido, a base de engaños de unos y otros, a ser apolítico. Para mí ser político en este país es tener los mismos perros con distinto collar, puesto que tras las bambalinas del Congreso, lo que hacen es reírse del pueblo que democráticamente los han elegido. Cada día que pasa, especialmente …