A raíz de un comentario que hice ayer donde transcribía un documento medieval, a la mente me han venido otros tantos, algunos de ellos de una belleza extraordinaria.
No todos los documentos son iguales, pues no se pone el mismo cuidado en un privilegio rodado que en un registro del sello, o mucho menos en una escritura entre particulares, donde el contenido es lo que importa. En los privilegios rodados y otros documentos ricos, el continente es tan importante como el contenido. Sin más dilación, adjunto aquí un documento del siglo XIV de una factura técnica extraordinaria, y a continuación añadiré su transcripción.
La carta aquí presente es la constatación de la resolución del asunto sobre quién tenía primacía en hablar en las cortes castellanas: Toledo, por ser la ciudad primada y regia ciudad desde los godos, o Burgos por ser cabeza de Castilla. El rey Alfonso XI lo resolvió a su manera: hablaría él primero en nombre de Toledo, pero la primera ciudad en hablar por sí sería Burgos.
Sepan quantos esta carta vieren cómo yo, Don PEDRO, por la gracia de Dios rey de Castiella, de Toledo, de León, de Gallizia, de Sevilla, de Córdova, de Murçia, de Jahén, del Algarbe, de Algezira, y señor de Molina, porque fallé que Toledo fue y es cabeça del ymperio de España de tiempos de los Reyes Godos a acá, et fue poblada de cavalleros y de fijos dalgo de los buenos solares de España, et non les dieron pendón nin seello, et fueron y son merçed de los reyes onde yo vengo, y non ovieron pendón sinon el de los reyes onde yo vengo, ni an pendón sinon el mío, y los seellos de los míos offiçiales. Et porque lo falló assí el rey Don Alfonso mío padre, que Dios perdone, en las cortes que fizo en Alcalá de Henares. Et era contienda quáles fablarían primeramientre en las cortes. Por esta razón ovo él por bien de fablar en las dichas cortes primeramientre por Toledo. Et por esto yo tove por bien de fablar en las cortes que yo agora fize aquí en Valladolit primeramientre por Toledo. Et desto mandé dar a los de Toledo esta mi carta seellada con mío seello de plomo. Dada en las cortes de Valladolit, nueve días de noviembre, Era de mill y trezientos y ochenta y nueve años