Si tiene más envíos que comentarios, si casi exclusivamente comenta en sus envios, más azul que naranja, y si envía de los medios para los cuales trabaja, spammer seguro.
Ejemplos ha habido y los sigue habiendo. Mucho se habló del banday pero poco de los que hoy se dedican machaconamente desde las oficinas de su partido o de su empresa a dar salida a su agenda.
Muchos de ellos tienen nombre y apellidos. Sólo hay que ir a los primeros envíos y ver quiénes son los autores.
Lo que no está claro es si los dueños y administradores lo permiten, lo toleran o directamente lo fomentan. Porque casos de spammers sancionados, aparte del banday, ha habido unos cuantos, nuevamente con nombre y apellidos.