Este artículo surge como respuesta a la publicación de este 17 cosas que hemos aprendido sobre los países abolicionistas y legalizadores de la prostitución
y, sobre todo, a sus comentarios.La prostitución es un tema espinoso. Donde te puedes encontrar al típico que está en contra del feminismo defendiendo la prostitución ya que (según él) está defendiendo de la libertad de las mujeres, lo que debería hacerte sospechar; y a feministas abolicionistas que quieren abolir esta práctica, aunque es cierto que algunas mujeres la realicen por voluntad propia.
Me gusta la aproximación del envío, ya que no está en un punto ni en el otro y expone problemas causados por ambos sistemas.
No voy a ocultar mi posición, abolicionista. Ya que para mi el sexo con otra persona únicamente lo entiendo cuando hay deseo, afección y atracción. Sino se convierte en un simple acto sin sentido. Pero puedo entender que no para toda la gente sea así y que haya gente que en sus prioridades esté por encima la necesidad de desahogarse y no necesite ese componente.
Donde quiero pararme detenidamente es en si la prostitución es un trabajo más. ¿Es lo mismo practicar la prostitución que cualquier otro trabajo? ¿Simplemente se utilizan distintas partes del cuerpo?
Si la prostitución es un trabajo normal, como cualquier otro trabajo, se tendría que permitir que a partir de los 16 años cualquiera lo pudiese practicar con permiso de los padres. ¿No?
Si la prostitución es un trabajo normal, como cualquier otro trabajo, si te niegas a prostituirte estando en paro, perderás las ayudas sociales, ya que te estás negando a realizar un trabajo disponible. Como ya ha pasado en Alemania: https://www.lavozdegalicia.es/noticia/sociedad/2005/02/02/pierde-derechos-laborales-aceptar-empleo-prostituta/0003_3426817.htm
La mayor parte de las mujeres que practican la prostitución lo hacen por necesidad, no porque deseen practicar la prostitución como primera opción. Las mujeres que se meten en la prostitución están en muchos casos relacionadas con problemas de drogas, exclusión y pobreza.
Compararlo, como un usuario ha hecho, con "hacer un masaje", es ridículo, ya que no se secuestran mujeres para hacer masajes y sí para practicar la prostitución. No te puedes quedar embarazada o contraer enfermedades sexuales por hacer un masaje, no tienen los mismos índices de violencia ni secuelas ni exclusión. Lo que debería darte una idea de que no son trabajos similares.
Por supuesto que existen casos de mujeres que ejercen libremente la prostitución hoy en día, y tienen la libertad de practicarla. Pero son minoría. La gran mayoría de mujeres que ejercen la prostitución la realizan porque se ven obligadas a ello en el mejor de los casos, y en el peor las engañan, las secuestran y las someten para practicarla. Intentar justificar el derecho de una minoría, con el horror y sufrimiento de la mayoría es intolerable y miserable.
Desvincular la prostitución del proxenetismo y la trata es imposible. Está demostrado que los países en los que se legaliza la práctica, facilita también que cualquier persona pueda obligar a una mujer a practicarla, sobre todo a las más vulnerables.
También estarán los que intentarán convertirlo en un problema moral, o incluso religioso. Cuando la aproximación de la izquierda es rechazarlo por su explotación intrínseca. El cuerpo como última barrera del capitalismo. Como la venta de órganos o la gestación subrogada, donde no cuesta tanto ver dónde está el problema. El estado debe proteger a las personas más vulnerables y dar oportunidades en vez de promover que la gente se vea obligada a perder calidad de vida y realizar tareas que no harían en condiciones de extrema necesidad.
Intentar normalizar algo a lo que te ves obligado como último recurso, es algo miserable, como intentar defender a personas que vendan sus órganos. Lo que debe de hacer una sociedad sana, es dar opciones y oportunidades. No justificar que se vean obligadas a hacer lo último que desean para sobrevivir. Siempre estará el típico afirmando que si él tiene que trabajar y no quiere, también deberían las mujeres, por lo tanto, que se prostituyan. Un ejemplo de solidaridad de clase, que quiere lo peor para los demás ya que a él también lo están "explotando".
Conclusión: La prostitución no es un trabajo más como otro cualquiera. La prostitución es un trabajo que en su gran mayoría las personas que lo practican se ven obligadas a ello. Las consecuencias y peligros de practicarlo conllevan sufrir violencias, enfermedades que no tienen trabajos normales. No se aplicarían normativas normales como si fuera otro trabajo normal. Por lo tanto, nada señala a que sea un trabajo más sino explotación y pésimas condiciones de la mayoría de las personas que lo practican.
Creo que he expresado todas las ideas que quería transmitir. Una pena no saber escribirlas y desarrollarlas. Gracias a los que han llegado hasta aquí. Espero que a alguien le sirva y les de argumentos.
Ahora me preparo con mi escudo para recibir las respuestas a este controvertido tema.
Comentarios
#0 Si el sexo con otra persona únicamente lo entiendo cuando hay deseo, afección y atracción estás deslegitimando el matrimonio. Anda que no se hacen favores sin ganas, anda que no pasamos por épocas de cuidado mínimo en la que nos damos asco al mirarnos al espejo, anda que no se hacen cosas cabreados, o para descabrearla...
Doy por sentado que el sexo se tiene por mil razones, todas de ellas válidas. Por lo que es posible que alguien se prostituya motu proprio. Me parece desafortunado equipararlo a la venta de órganos o la subrogación de vientres. En todo caso, yo soy escéptico con la institución. Esto es, la manera en las que tantas son usadas por su desesperación, no en un libre ejercicio de cálculo personal. ¿Cómo sabe el putero cuál es el estado real de la prostituta?