¿Qué ocurre cuando una población no ha sido debidamente formada e informada?, que se convierten en imbéciles sin criterio propio donde repiten los mantras y eslóganes que su poca capacidad de raciocinio les permite. No importa que sepan que es mentira, porque esa mentira les provoca la satisfación personal de seguir teniendo la razón, ya sea ideológica o por cualquier otro ámbito de interés personal.
Da igual que unos políticos de turno digan que el Derecho de Autodeterminación no está en la Constitución Española, obviando que los dos tratados internacionales que los recoge (pacto internacional de derechos civiles y políticos y pacto internacional de derechos sociales económicos y culturales) fueron firmados por España, publicados por el B.O.E. para que formen parte del sistema jurídico y sirvieron cómo base de la redacción de la misma Constitución. Estos políticos necesitaban tapar sus vergüenzas (caso Bárcenas) y no dudaron en usar la maquinaria puesta a dedo a cualquier coste, incluido el ridículo internacional. Aún así, hay imbéciles que seguirán empujando el tren.
Da igual que en la oposición digan que van a publicar una lista de injustamente amnistiados, o que digan que van a derogar la Ley Mordaza, la Lomce y la reforma laboral del 2012. Porque estos políticos no lo cumplirán cuando lleguen al gobierno. Es más, seguirán tapando las vergüenzas de una monarquía incompatible con un sistema democrático y de derecho, y eso que van cantando La Internacional o no dudan en llevar un pin con los colores republicanos. Aún así, hay imbéciles que seguirán empujando el tren.
Qué más da, que las empresas gocen de total libertad, a pesar de contar con leyes que regulan y garantizan los derechos de trabajadores y consumidores, y la administración pública no pone fin a estas prácticas propias de una economía desregulada. Es más, se cambió el artículo 135 de la Constitución para anteponer el pago de la deuda, que en los últimos años ha ido creciendo a niveles jamás visto, mientras que los servicios, pensiones, educación y sanidad, entre otros, quedarán relegados a un segundo o tercer o cuarto plano. Este artículo entrará en vigor el 1 de enero de 2020. Aún así, hay imbéciles que seguirán empujando el tren.
Si estos imbéciles se diesen cuenta de que les están tomando el pelo, y comenzaran a reclamar sus derechos además de obligar a cumplir a los políticos con sus tareas, dejarían de empujar el tren de la corrupción, el tren de la desinformación, el tren de la división, el tren del vasallaje, el tren de la servidumbre, el tren del libre mercado y el tren del autoritarismo, para subir y no empujar en el tren de la esperanza, el tren del futuro, el tren de una economía regularizada, el tren de una vida digna, el tren de la democracia.
Y para subir a este tren, hay que ir a la estación de la huelga, la estación de la reivindicación, la estación de la lucha, la estación de la unidad.
¿A qué esperas para subir al tren, imbécil?