De nuevo nuestra socialdemocracia oportunista nos sorprende con una decisión que afecta de manera positiva a los trabajadores: si hace tiempo tuvieron por fin algo de mínima valentía, orgullo y humanidad para subir el SMI a unos raquíticos 900 €, ahora parece que por fin se molestan, aunque sea en el papel, de que el asalariado cobre lo que trabaja: la obligación de registrar lo que uno suda, y la obligación de que el empresario de turno le pague por lo que trabaja más allá de su horario pactado. Es cierto, la medida es poco explícita y deja las puertas abiertas a falsificar registros y que no sea vinculante para todos los sectores (algunos dirían que se redactó así a propósito), pero el mero hecho de que la patronal y su presidente considere la medida como algo que “aumentará la conflictividad laboral” debe hacernos conscientes de la importancia que en beneficios representa esta estafa, robo y explotación que son las horas extras no pagadas en este país. Por cierto, un robo a todas luces conocido, pero consentido por nuestros diferentes gobiernos.
Ya se escuchan las gargantas de los voceros de turno, que como no podía ser de otro modo argumentan y tratan de hacernos ver, a nuestros ojos ciegos e ignorantes, que esto va a ser un peso insoportable para empresarios y emprendedores (disculpémonos por la sonrisa que después de esta palabra a algunos se nos esboza en el rostro), que será la nueva ruina para la economía española, y que, al igual que nos decían con la subida del SMI tendrán que cerrar sus negocios: ¡pero qué pena debemos sentir por aquellos que levantan sus negocios no pagando lo que deben!
También escucharán que esta medida sólo perjudica al trabajador: resulta ahora que pagar las horas extra se convierte en “un paso atrás en materia de flexibilidad”, y no les faltará razón: un paso atrás en la flexibilidad que a ellos les interesa, la de trabajar más horas de las pagadas. Escucharemos de boca de los más alienados que “esos trabajos dónde la empresa permite trabajar menos horas de lo pactado” desaparecerán... dejo a su propia consideración el adjetivo que comentarios así merecen.
Si es evidente que el valor del trabajo que cualquiera de nosotros hacemos es superior al salario obtenido, más aún se hace visible esto si sumamos las horas extra no remuneradas; poder trabajar es prueba de ello, pues nadie contrata para perder dinero. El problema viene cuando nuestros empleadores quieren que generemos X€ en nuestras horas remuneradas, Y€ euros en las no remuneradas y pagarnos X/3. Y si acabar con esto supone la quiebra de una empresa, también se hace evidente lo poco viable de ese negocio: bienvenido sea el momento en el que ese empleador, ese buitre social, tenga que vender su fuerza de trabajo.
Pero seguiremos escuchando las voces de los palmeros, seguiremos leyendo sus comentarios dónde intentarán convencernos que los sueldos de los trabajadores son menos importantes que las ganancias de sus empleadores. A esos, como en otras ocasiones, les regalo un rato de urticaria:
"Nuestros comerciantes se quejan con frecuencia de los altos salarios e impuestos del trabajo como la causa de que sus manufacturas no se vendan tan baratas [...], pero no dicen nada de los altos beneficios del capital. Se quejan de las generosas ganancias de otra gente, pero no dicen nada de las propias." Adam Smith, La Riqueza de las Naciones, 1776
Comentarios
#3 Si si, como digo matizaba, será el 0,1% el 1% o el 10% no tengo ni idea ni sabria como valorarlo, pero son la minoría, obviamente.
"es evidente que el valor del trabajo que cualquiera de nosotros hacemos es superior al salario obtenido"
llámame "supermatizador", pero "cualquiera" hace que esa frase sea CLARA e indiscutiblemente FALSA.
"la mayoría" creo que sería lo correcto y acertado.
#2 Ok, acepto la matización. Pero estoy convencido que el peso que esa minoría de casos en que "el valor del trabajo es menor que inferior al salario obtenido" es irrelevante. De otra manera el sistema no funcionaría...
A mi me parece cojonudo el registro de jornada, si bien, no me afecta practicamente, yo todo lo extra, lo cobraba.
Ahora, petaran un monton de negocios de por ejemplo la rama de hosteleria (donde es demasiado cantoso el dinero negro que se mueve en horas extra pagadas en B o impagadas).