La violencia de número

Ya de la que estamos con chorradas de neolengua, quiero sensibilizar hoy a la sociedad sobre todos aquellos que padecemos la violencia de número.

¿Quién no se ha encontrado discutiendo contra tres cuñados y una tía abuela? ¿Quién no se ha visto rodeado de cinco tipos del equipo contrario, mirándolo torvamente, mientras celebra un gol del Numancia?

La violencia de número es cobardía. es intimidación. Es aniquilación.

La violencia de número es antideportiva, es alevosa, porque impide la defensa de quien la sufre, es injusta, y es antiestética.

La violencia de número es esa lacra por la que primero se deja a alguien en minoría, ridiculizando sus ideas, para poder después aislarlo, extraerlo del grupo de los ciudadanos, y exterminarlo tranquilamente en un lugar con alambradas y torres de vigilancia, o en un lugar con strikes, baneos, y suspensiones de cuenta. El lugar es indiferente: lo que importa es el método.

La violencia ce número es el futuro posmoderno que nos espera a los que tragamos con ciertos ceños fruncidos, el que os espera a los que colaboráis con los moralistas, el que ya alcanza, y por la espalda, a los que creyeron que nunca les pasaría a ellos, porque ellos son la quintaesencia de acertar, como en quinielas, qué es lo que está bien visto y lo que no.

Ya son tres contra uno.

Cuatro contra uno.

Cinco, casi, pero de poco valor.

O nos movemos ya, o no habrá remedio...