China ha logrado un avance notable en física de partículas gracias a la activación del Observatorio Subterráneo de Neutrinos de Jiangmen (JUNO), una instalación situada a 700 metros de profundidad cuyo enorme detector esférico ha confirmado una discrepancia clave en el estudio de los neutrinos: la denominada tensión solar. Esta anomalía, apreciada desde hace años, sigue manifestándose sin explicación incluso con la precisión alcanzada durante los primeros 59 días de operaciones.