Una investigación española liderada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha demostrado que determinados compuestos naturales presentes en alimentos tan cotidianos como el ajo, la cebolla o el puerro pueden alargar la vida y mejorar la calidad del envejecimiento, al menos en modelos animales. El hallazgo, publicado en la revista científica Cell Metabolism, abre nuevas líneas de investigación para desarrollar terapias que ayuden a envejecer mejor y durante más tiempo.