Un hallazgo que sorprende incluso a quienes llevan años siguiendo la evolución de los materiales de construcción sostenibles. El equipo de la University of East London confirma que las conchas marinas abandonadas pueden convertirse en una pieza clave para reducir las emisiones del cemento, sin comprometer demasiado las prestaciones que exige la industria. La noticia llega en un momento tenso. El cemento sigue siendo responsable de cerca del 7% de las emisiones globales. Una cifra que pesa, porque no se reduce al ritmo que pide la ciencia.