Hace 7 años | Por Arariel a hyperbole.es
Publicado hace 7 años por Arariel a hyperbole.es

Alan Ladd era por aquel entonces, principios de 1945, el mayor activo económico de la Paramount, su máxima estrella masculina. Pero sucedía que en tres meses tenía que volver al ejército y no había dejado ninguna película rodada que pudiera explotarse comercialmente durante el tiempo que permaneciera allí. Cundió el pánico y este asunto fue el tema central de una agitada reunión de los productores del estudio en la que se les conminó, con el palo y la zanahoria, a intentar encontrar, cuanto antes, un guión que pudiera rodarse.