Hace 9 años | Por BBE a sintetia.com
Publicado hace 9 años por BBE a sintetia.com

Durante los últimos meses se viene generando desde diversos sectores (mayoritariamente de la izquierda) un creciente ruido mediático contra el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Europa (TTIP) que, como suele ser habitual en estos casos, está plagado de eslóganes, proclamas, lugares comunes, errores, medias verdades o, directamente, falacias. Por supuesto, los datos y la realidad campan por su ausencia en no pocos casos. Tal confusión a la hora de concitar posturas contrarias se debe, por una parte, al batiburrillo de prejuicios ideológicos, intereses particulares, afanes proteccionistas, visiones parciales y desconocimiento económico de quienes protestan, aunque sea de buena fe. Por otra parte, la política de divulgación, comunicación y transparencia de los negociadores del Tratado ha resultado harto defectuosa y a todas luces insuficiente, dando pie a una creciente desinformación y desconfianza sobre el tema. Un caldo de cultivo perfecto para el pretexto levantisco y la demagogia desatada que tanto abundan en el debate económico actual.