La instalación de placas solares en tierras agrícolas se afianza como una propuesta que no solo protege lo plantado frente a las inclemencias climáticas, también permite aumentar la generación de energía verde. El interés por este tipo de proyectos crece, pero también los desafíos que requieren abordar: los costes son altos y exigen ajustar la densidad de la siembra, el riego, así como las técnicas y herramientas para la cosecha. La productividad de la tierra de cultivo puede aumentar el 70% combinando paneles solares y cultivo de cosechas.