—En ese momento —continuó Iran—, mientras el sonido del televisor estaba apagado, yo estaba en el ánimo 382; acababa de marcarlo. Por eso, aunque percibí intelectualmente la soledad, no la sentí. La primera reacción fue de gratitud por poder disponer de un órgano de ánimos Penfield; pero luego comprendí qué poco sano era sentir la ausencia de vida, no sólo en esta casa sino en todas partes, y no reaccionar… ¿Comprendes? Supongo que no. Pero antes eso era una señal de enfermedad mental. Lo llamaban «ausencia de respuesta afectiva adecuada». Entonces, dejé apagado el sonido del televisor y empecé a experimentar con el órgano de ánimos. Y por fin logré encontrar un modo de marcar la desesperación —su carita oscura y alegre mostraba satisfacción, como si hubiese conseguido algo de valor—. La he incluido dos veces por mes en mi programa. Me parece razonable dedicar ese tiempo a sentir la desesperanza de todo, de quedarse aquí, en la Tierra, cuando toda la gente lista se ha marchado, ¿no crees?
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Comentarios
Tengo mis problemas con la novela que inspiró "Blade Runner", pero este arranque es genial, de lo mejor que he leído de Dick. Ahí está una de sus constantes, el empleo de la paradoja. En este caso, que una persona emplee un utensilio diseñado para proporcionar bienestar para programarse una depresión. Y todo en unas pocas líneas (Dick siempre "ahorraba" al escribir) y con su dosis de humor soterrado. Genial, es por estas cosas que me gusta este autor.
El libro es cojonudo pero no se le parece en nada a la película.
Ya puestos la mejor obra de Dick creo que es Ubik. Te descoloca por completo.
#2 joder pues a mí el libro me pareció un tostón de proporciones épicas. Es de las pocas veces que he dicho que mejor la película (aunque no sé parezca, comparte ciertas ideas) que el libro.