Hace 6 años | Por Adson a independent.co.uk
Publicado hace 6 años por Adson a independent.co.uk

El orgullo, insisten hasta tradicionalistas y puristas, es protesta: y muy especialmente, protesta contra la policía. Pero añádele la peseta rosa. Y el pink-washing —la política de hacer que las megacorporaciones parezcan más amables amariconando su márquetin—. Y ya tienes el campo abonado para una pelea recurrente entre tradicionalistas y «normalizadores»: los que creen que queda mucho por hacer y los que sólo quieren ir haciendo.